¿Qué podríamos esperar de Joe Biden?

El autor es Internacionalista. Maestro de Relaciones México-USA y Negocios Internacionales en la Universidad de Sonora.

Tanto en Estados Unidos de América (USA) como en México, muchos nos preguntamos: ¿qué podríamos esperar del Gobierno del presidente electo de USA Joseph Robinette Biden Jr.? Considerando su vasto perfil profesional, larga experiencia gubernamental interior y exterior, su personalidad incluyente, sencilla y tolerante, así como sus prestigiados ante-cedentes políticos; la esperanza de que sea un mejor gobernante para Estados Unidos y con una política internacional propicia de más acercamiento hacia México y Canadá, y más favorable que la del actual presidente Donald John Trump, parece estar bien y convenientemente sustentada.

Sin embargo, no debemos creer todo a los políticos ni ser optimistas debido a las múltiples tragedias que padecemos en todo el mundo. Para Joe Biden y USA, ésta es la transición presidencial más difícil y tortuosa desde la de Abraham Lincoln y de Franklin Roosevelt, debido a las cuatro crisis que terriblemente afectan a la nación más poderosa del planeta: la horrenda pandemia del Covid 19, que en USA ha causado más de 15 millones de contagios y cerca de 300 mil fallecimientos; la consecuente estrepitosa caída de su economía para este año 2020, con un desplome estimado del 5% de su Producto Interno Bruto, PIB; los terribles y crónicos déficits gemelos,“The Twin déficits”, fiscal y comercial; así como este momento de amarga distención social, desempleo, crecimiento de la pobreza masiva y una peligrosa polarización política e ideológica extremista nunca antes vista.

Como lo expresan sociólogos y politólogos, Joe Biden está enfrentando un grandioso país muy rico, diverso y plural, pero con dos naciones divididas por las razas, religiones, idiomas, ideologías socioeconómicas y políticas, culturas, universidades, su diversidad geográfica y hasta los medios masivos de comunicación. Hoy, los USA, son en realidad un país fracturado como no se había vivido desde la guerra civil del siglo XIX del norte contra el sur.

A Biden, el Presidente más viejo jamás electo pero el más experimentado, hay que desear-le la fortaleza, no sólo para liderar a su grandiosa nación, la aún más poderosa del planeta, sino para restaurarla también de las múltiples fracturas originadas por el nefasto y radical trumpismo. Ojalá tenga la capacidad y valentía para lograrlo en bien de su país y de todo el mundo.

Así que, obligado por estas circunstancias extremas, deberá concentrarse en muy urgentes prioridades internas, al menos durante su primer año de Gobierno; el presidente Biden no podrá atender como es debido y lo ameritan a México y Canadá, sus tradicionales aliados, cerca-nos vecinos y principales socios comerciales.

Específicamente para México, al menos podemos esperar, que tal y como Biden lo ha expresa-do en múltiples ocasiones, no seguirá con la desquiciada política racista contra el país más importante para USA, que es México, ni con la loca idea maniática de construir un muro que pretendía separar a dos naciones integradas socioeconómicamente desde hace siglos e indivisibles en el presente y futuro por muchísimas razones.

Joe Biden nunca basó su campaña en denostar, humillar a México y denigrar a los mexicanos, y reitera que retomará la iniciativa de la ansiada reforma migratoria planteada desde su Vicepresidencia con Obama, que no pudieron instrumentar por un Congreso adverso y prioridades del obamacare, reforma que regulariza la permanencia en USA de casi 7 millones de mexicanos, que ahí viven sin documentación oficial.

En fin, en próxima entrega compartiremos sus políticas específicas para México.