Adultos mayores: alimentación, nutrición y salud

El autor es Doctor en Ciencias Nutricionales.

(PRIMERA PARTE)

La esperanza de vida al nacer es el promedio, en años, que se espera que viva una persona.

Se calcula a nivel país y ha ido en aumento a lo largo de la historia de la humanidad, debido a los avances en la Medicina, la aparición de las vacunas, los antibióticos y, en general, al mejoramiento de las condiciones sanitarias.

Hace 200 años, la media mundial de esperanza de vida era de 35 a 55 años; hace 100 años era de 50 a 65, y actualmente es de 70 a 72 años*.

Los habitantes de los países de mayor desarrollo tienen una esperanza de vida más alta.

Por región (2019), la esperanza de vida es de 79 años en Estados Unidos y Canadá; de 78 en Europa; de 76 en Oceanía; de 72 en Asia; 71 en América Latina y el Caribe, y de sólo 56 en África.

Por países, el primero es Japón, con 84 años; nueve países tienen 83, incluyendo a España, Suiza, Australia y Francia.

*En México, según datos del Inegi (2020), la esperanza de vida en 1970 era de 60 años.

Actualmente es de 75.2: hombres con 72, y mujeres con 78.

La última etapa del ciclo de la vida es lo que llamamos adultos mayores, que inicia formalmente a los 60.

En los últimos 30 años, este grupo de edad ha pasado de 6.2% a 12.3% de la población.

Esta etapa de la vida se caracteriza porque la persona lleva acumulados una variedad de problemas de salud, asociados a la edad avanzada.

Sin embargo, todos conocemos personas de más de 60 años que mantienen un alto nivel de actividad, tanto intelectual como física.

La realidad es que no es posible generalizar, cuando se trata de adultos mayores.

Así como los hay muy activos, los hay también muy dependientes de otras personas para realizar las actividades más elementales y cotidianas.

Una actitud positiva acerca de la edad, como adultos mayores, se asocia con un aumento en la longevidad.

Lo que se debe buscar mediante la alimentación y una vida saludable, es reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida.

El estado nutricional y la salud los determinan el efecto acumulado y combinado de los hábitos de alimentación y el estilo de vida.

La combinación de la genética y el estilo de vida determinan el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como las del corazón, diabetes y cáncer.

Lo importante no es únicamente sobrevivir, sino tener una buena calidad de vida, libre de los efectos de las enfermedades que llevan a la discapacidad.

En los adultos mayores existen cambios asociados a la edad, como los que tienen que ver con la capacidad sensorial, problemas en la sensibilidad al sabor y el olor; también puede haber problemas en la masticación y el tragado de alimentos, asociados a la situación de la dentadura.

Se pueden presentar problemas para reconocer e identificar las sensaciones de hambre y de sed, lo que puede llevar a la desnutrición y a la deshidratación.

Por eso se recomienda mantener rutinas específicas para comer y tomar agua, y así evitar estos problemas.

Los adultos mayores deben adoptar una alimentación consciente, la conciencia de que existe una situación de hecho, relacionada con la edad y realizar los ajustes necesarios, especialmente en la moderación para consumir alimentos; también se debe cuidar el tipo de alimentos que se consumen, para no exacerbar los problemas existentes de salud.

El consumo de alimentos de los adultos mayores debe estar enfocado en mantener un peso corporal saludable, mediante la moderación en el consumo, y el mantenimiento de una actividad física, aún ligera, pero sistemática.

* Fuente para datos estadísticos: Wikipedia. Consulta: diciembre de 2020. Inegi, 2020.

El autor es Doctor en Ciencias Nutricionales.

Director General de Cultura de la Nutrición, A.C.

sgalavizm@gmail.com y culturadelanutricion@gmail.com

FB: Samuel Galaviz y Cultura de la Nutrición A.C.