Sorprende nueva modalidad en vialidades de nuestra ciudad

La autora de esta columna es comerciante

HERMOSILLO, SON.- Con la colocación de barreras y señalamientos pintados en el pavimento del bulevar Rodríguez quedó integrada una ciclovía en esta importante vialidad, que dicho sea de paso, es parte de la Carretera México 15, que va desde la Ciudad de México hasta la ciudad de Nogales y que constituye una de las principales vialidades de la ciudad, ruta de turistas nacionales e internacionales en su tránsito por la ciudad, así como de muchos ciudadanos que a diario la usan para ir a sus trabajos: vehículos comerciales para reparto de mercancías o prestadores de servicios, conductores que llevan y recogen a sus hijos a las escuelas.

Otro aspecto muy importante es que se trata del carril que utilizan los camiones de transporte público para llevar y traer a decenas de miles de personas: estudiantes, hombres y mujeres que van a  sus trabajos, así como de regreso a sus hogares, mismos que utilizan las paradas para ascenso y descenso de pasajeros, que hoy quedaron sin poderse utilizar. Este bulevar fue construido en el año 1945, en el gobierno del General Abelardo L. Rodríguez, hombre visionario, al que no le tembló la mano para afectar a muchos propietarios de casas habitación, indemnizarlos y reubicarlos, todo en aras del progreso y de convertir a Hermosillo en una de las ciudades más modernas y bonitas del noroeste de México.

Un bulevar moderno con visión al futuro, con amplias áreas verdes, tres carriles de circulación y uno de estacionamiento en cada sentido. Así estuvo funcionando durante décadas, dando paso a automóviles, así como a camiones de carga y autobuses en su tránsito por la ciudad.

Con el incremento de vehículos, se vio la necesidad de construir un anillo periférico para desviar los vehículos de carga y dejar espacio para los automóviles que ya habían aumentado

considerablemente.

Fue a fines de los años 90 cuando nuevamente el bulevar Rodríguez se vio saturado por el tránsito vehicular, por lo que, las autoridades se vieron en la necesidad de quitar el carril de estacionamiento y hacerlo de circulación, medida que afectó gravemente a muchos negocios instalados en esta vialidad, pero nuevamente en aras del progreso, la aceptamos.

Las medicinas son amargas, pero había que curar a esta vialidad del grave mal que le aquejaba: el congestionamiento. Hoy, 20 años después, con un crecimiento desmedido y sin control del parque vehicular, entre otras causas por la internación ilegal de vehículos al país -y muchos de éstos tripulados por personas que carecen de pericia y licencia para conducir- el congestionamiento de vehículos se ha vuelto a presentar.

Sin embargo, el actual Gobierno municipal está dando un salto al pasado, al quitarle un carril de circulación a los vehículos, para cederlo a un grupo de ciclistas que desean salir a pasear o hacer

ejercicio. En los años 50 y 60, era muy común ver a mucha gente dirigirse a sus trabajos en bicicleta. Eran tantas bicicletas las que circulaban que hasta había un padrón de éstas y sus

propietarios. Cada bicicleta debía portar su placa de circulación.

Con el crecimiento de la ciudad, las distancias se hicieron mayores, por otro lado, se mejoró el transporte público y se ampliaron las rutas, por lo que las bicicletas con esos fines cayeron prácticamente en desuso.

La luz verde en esta ruta tiene una duración de 45 segundos, con un flujo aproximado de 30 vehículos en cada cambio de luz. Sin embargo, en las horas pico, que según observaciones realizadas se presentan a las 7:45, 8:45, 12:45, 13:45, 14:45 y 18:45 horas, es decir, gran parte del día esta cifra se incrementa considerablemente, generando congestionamientos, por lo que los cuatro carriles resultan insuficientes para lograr un libre tránsito generando largas filas de automóviles que necesitan al menos dos cambios de luz para avanzar en el crucero, por lo que con la reducción de

un carril de circulación el problema de congestionamiento se incrementará.