Coaching motivacional para el parrillero indeciso

El autor es Campeón Nacional de Parrilladas 2017.

La indecisión es la cualidad opuesta de la convicción.

Mientras la gente segura de sus convicciones acepta con optimismo la crítica cotidiana de los demás y el error propio, la gente indecisa carece de esta fortaleza emocional.

Veamos el diagnóstico clínico del parrillero indeciso y el tratamiento adecuado que debe seguir para fortalecer sus bases emocionales.

Definición de indecisión:

“La indecisión es un sesgo cognitivo del raciocinio que le impide al individuo dar respuestas y tomar decisiones cuando la situación lo exige. Aunque la duda y el miedo al error son comunes al tomar decisiones sobre el futuro, si la indecisión severa no se controla o modera, puede llegar a ser patológica”.

Definición del parrillero indeciso:

“El parrillero indeciso tiene un raciocinio defectuoso que le impide tomar decisiones sobre qué ofrecer a sus invitados, qué receta usar, cómo hacerla y pierde todo el día sin saber qué hacer hasta que llegan los invitados. Durante las carnes asadas demuestra una indecisión patológica que crea desorden, caos, gritos y conflictos”.

Diagnóstico clínico:

Raciocinio defectuoso.- No puede decidir si asar carne o pollo, no puede decir si ponerle “rub” o pura sal.

Pérdida de tiempo.- Se repite las opciones durante días y minutos antes, sigue haciéndose preguntas.

No responde.- Se hace las preguntas y no se contesta, se entrevista a sí mismo durante horas y no se contesta, se harta de sí mismo.

Caos.- Le preguntan por chat, por celular, en persona y no contesta.

La gente le pregunta para ver si le llevan algún acompañamiento y no les contesta, hace enojar a todos.

Le fascina la parrilla pero no sabe qué hacer, se pasa horas en la carnicería viendo los cortes y no escoge.

Los vuelve a ver y se confunde más.

Le marca su señora y le dice que ya vienen en camino los invitados y sigue ahí.

Llega una hora tarde y todos están enojados y muriéndose de hambre, compró de todo y no sabe lo que va a cocinar.

Cuando llega a casa lo están esperando sus compadres.

El siguiente es un fragmento que grabé durante una carne asada en la casa de un parrillero indeciso.

Los compadres (LC).- ¿Por qué vas llegando una hora tarde si eres el anfitrión?

El indeciso (EI).- No contesta.

LC.- ¿Va a haber carnita asada?, ¿te vas a poner los guantes negros ridículos esos?, ¿la vas a echar a perder con tus “rubs”?, ¿No la vas a ahumar verdad?

EI.- No contesta.

LC.- ¿Qué?, ¿vas a pedir pizzas?, ¿no vas a poner el carbón?

Ya dinos qué vas a cocinar ahora maestro.

EI.- No contesta.

LC.- Bueno, ya nos tomamos 12 cheves ¿qué sigue?, ¿qué traes en la bolsa?, ¿compraste pollo?, ¿qué no era carne asada?, ¿vas a hacer de los dos?, ¿cómo vas a hacer el pollo?

EI.- No contesta.

LC.- ¿A qué horas vamos? A ver, son las 11:00 pm.

Ya nos acabamos dos charolas de humus que sabe horrible, ¿qué vas a cocinar?, ¿por qué no contestas?, ¿a qué horas prendes el carbón?

¡Di algo sátrapa!

EI.- ¿Han probado el adobo negro con carbón activado?

LC.- ¡No sirves para nada, sátrapa!

El Tratamiento: Compró 8 “rubs”, arrachera, cabrería, palomilla y 3 charolas de pollo.

Terminó haciendo el pollo con pura sal y le dejaron de hacer preguntas.

Nadie le volvió a hablar.

Moraleja: Cuando te hagan una pregunta, contesta. Cuando te preguntes ¿qué quiero cocinar?, contesta.

En la parrilla, no hay campo para la indecisión.

El autor es Campeón Nacional de Parrilladas 2017.