Comunicar en la nueva normalidad

El autor es Licenciado en Comunicación y Maestro en Tecnología Educativa.

Las contiendas de 2021 se realizarán en un marco de crisis sanitaria, económica y de seguridad pública.

Además, en un entorno anímico cuyo sentido de pérdida en la gente es evidente: pérdida de un familiar, pérdida del trabajo y pérdida del sentido de libertad en la vida cotidiana.

Estamos viviendo una crisis económica de la envergadura de la Depresión de los años 30, y por si esto fuera poco, prevalece un contexto dividido y sin comunicación alguna entre los actores políticos.

Las elecciones del próximo año se llevarán a cabo en un ambiente político crispado y cada día más dividido, cuyos sujetos no encuentran un punto de conversación que haga posible el diálogo público y el acuerdo político.

En más de 2 años, la autoridad y los grupos opositores no han podido llegar a un diálogo, menos lo harán en pleno proceso electoral.

Además de los diferendos, las elecciones serán distintas en las formas de comunicar con respecto a los comicios tradicionales a los que están acostumbrados los políticos.

Los actos de los candidatos en las plazas públicas no tendrán la frecuencia como en tiempos normales de campaña.

En ese sentido, el INE tendrá la responsabilidad de establecer la normatividad sanitaria para los eventos abiertos y cerrados.

A las organizaciones políticas se le sumarán nuevas actividades vinculadas a protocolos de salud, que además de requerir más apoyo logístico, demandan más recursos económicos.

Las elecciones del próximo año serán diferentes no sólo por el ambiente de crisis, sino también por la comunicación política determinada por la nueva normalidad, que obligará a los candidatos a innovar sus formas de relacionarse con los electores.

Gabriel García Márquez decía:

“Lo que no se comunica, no existe”; hacer política es comunicar para hacerse visible en el espacio público.

Esta situación se evidenciará cuando los partidos y aspirantes presenten sus agendas electorales.

Además de tener claridad en sus agendas, los partidos tendrán que innovar sus maneras de contactarse con los electores.

Si bien es cierto que el discurso político ha tenido mayor presencia en las redes sociales en los últimos años, las aplicaciones digitales tendrán mayor relevancia y serán medios estratégicos para el posicionamiento de las ofertas electorales.

Las plataformas de social media tiene sentido cuando se fundamentan en un diagnóstico del entorno y en un pleno conocimiento del estado anímico de la gente, traduciéndose de esa manera en herramientas para una eficiente comunicación política.

Las elecciones de 2021 serán contiendas cuya comunicación será mayormente por aire, y dada la naturaleza de las aplicaciones digitales, serán dinámicas y los candidatos tendrán que saber moverse en este espacio vertiginoso.

Es por ello que los candidatos deberán ser asertivos en la plaza pública virtual para posicionar sus mensajes y hacer click con los ciudadanos.

Los partidos y candidatos vivirán una nueva experiencia condicionada por la nueva normalidad y tendrán la responsabilidad de fortalecer la democracia, cuidando la salud de los ciudadanos.

El autor es Licenciado en Comunicación y Maestro en Tecnología Educativa.

FB: @Soy Pepe Peralta