Amor… quiero ser tu amigo

El autor es comunicólogo y creador de Contenido Independiente.

“Y entonces, una mañana al cabo de despertar y tener los primeros pensamientos del día, Gabriela descubrió que aquello que siempre había anhelado se convirtió en la principal fuente de dolor en su vida. Aquella relación de ensueño que tanto esperaba, día tras día fue tornándose en la peor de sus pesadillas.

Lo que en su momento fueron caricias y risas, ahora son insultos y sollozos. Gabriela siempre había soñado con un novio amable y respetuoso, y aunque al inicio de su noviazgo pareció encontrarlo… poco a poco, y con gran pesar, se dio cuenta de que los buenos tratos tuvieron fecha de caducidad.

El tiempo pasó, y aunque Gabriela estaba consciente de que había cosas muy malas en su relación, lo dejaba pasar con la agónica esperanza de que un día, su novio notara los sacrificios que ella hacía por él y este lo correspondiera… pero eso nunca pasó.

Las dudas e inquietudes se agigantaban mientras que las ganas de seguir adelante se encogían, la soledad pasó de ser algo muy lejano, a ser lo único cercano a su corazón. Esa vulnerabilidad llevó a Gabriela a entregar a su novio hasta lo más íntimo de su ser, esperando que eso llenara el vacío que todo este tiempo se venía gestando en su alma.

Terriblemente, en vez de llenar su alma, esto trajo consigo más vacío y un dolor tan profundo como nunca había experimentado, lo que se suponía tenía que ser uno de los mejores momentos de su vida, se había convertido en la más horrible de sus vivencias.

Ahora, recostada en su cama, Gabriela es inundada por un sentimiento abrumador de querer huir y no volver nunca más, pues quién querría estar expuesto de pies a cabeza a lado de un desconocido… sí, Gabriela se dio cuenta de que la persona de la que se enamoró ya no existía más.

En ese momento, Gabriela descubrió que todo este tiempo solamente había tenido un novio, y no un amigo, un novio que la enaltecía con gusto frente a sus amigos y familia, pero que en lo privado no tomaba en cuenta su opinión, deseos o sueños, actos que con el tiempo terminaron por destruir su autoestima, conformándola y haciéndole creer que no merece más que eso.

Tras algunos minutos, una revelación final llegó a su entendimiento: ella siempre había desnudado su alma a lo largo de su relación y entonces creyó que era momento de hacer lo mismo con su cuerpo, mientras que, por otro lado, la intención de su novio siempre fue la de sólo desnudar el cuerpo, tanto de ella como el suyo, ¿pues qué motivos tendría para desnudar su alma si la de ella le importaba tan poco?

Luego de tanto pensar, y por un instante creer que todo esto han de ser locuras suyas, Gabriela se sentó al borde de su cama, puso los pies en el suelo y se percató de que la puerta de la habitación estaba abierta, la oportunidad de ser libre, de encontrarse con ella misma y comenzar un nuevo futuro...

Y ¿quién sabe? quizá en algún punto de ese futuro encontrará a alguien con quien compartir más que tiempo y calor, sino amistad genuina, compromiso y sacrificio mutuo… encontrar a un amigo, no sólo un novio.

La puerta está abierta… la decisión es suya.

 

El autor es comunicólogo y creador de Contenido Independiente.

Contacto: FB: Efrén Adrián - IG: Efrenadriansf