¿Adiós a las bolsas plásticas en América Latina?

El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias, por el Tecnológico de Monterrey.

Al parecer, en América Latina eliminar los plásticos de un solo uso, cuya vida útil muchas veces no supera los 30 minutos y tardan hasta 400 años en degradarse, es una tendencia que se ha venido dando desde hace algún tiempo, aunque este año debido a la pandemia se detuvieron muchas iniciativas en varios países de la región, pero que seguramente serán retomadas una vez que se supere la contingencia.

Desde principios de agosto de 2018 los comercios de Chile ya no entregan bolsas plásticas en sus ventas, acatando con ello una ley que puede multarlos con el equivalente de su moneda a 300 dólares cada vez que sean sorprendidos.

Se trata de un paso relevante para el país andino, ya que hasta antes de esta ley se utilizaban cerca de 3,500 millones de bolsas plásticas al año.

La Ley 21-100, que prohíbe la entrega de empaques plásticos en los comercios, conocida coloquialmente como “Chao bolsas plásticas”, se aplicaba desde 2018 en los grandes establecimientos y ahora regirá para las pequeñas tiendas de barrio, ferias y expendios minoristas.

La norma fue avalada por la Encuesta Nacional de Medio Ambiente 2017-2018, que mostró el acuerdo de un 95% de los chilenos, donde según las respuestas al sondeo, dos de cada tres personas ya portaban su bolsa reutilizable para hacer sus compras.

Los únicos plásticos que se permiten ahora en ese país son los envases primarios y los empaques necesarios para la presentación o preservación de los alimentos.

La ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, destacó que la ley “es ampliamente valorada por la ciudadanía, el primer paso contra el uso indiscriminado del plástico.

Se ha evitado que muchas bolsas plásticas terminen contaminando nuestros barrios, ríos o playas”.

Otros países de la región, en algunas de sus ciudades, han tomado iniciativas para eliminar o reducir el uso de bolsas plásticas entregadas por los comercios minoristas.

Panamá, donde anualmente se fabricaban 10 millones de bolsas plásticas e importaba 500 toneladas del producto, restringió desde 2019 el uso por parte de los comercios de esos empaques y otros plásticos de un solo uso.

En Colombia ya existe desde 2016 un impuesto al empleo de bolsas plásticas que ha permitido reducir su consumo en 60% o 575 millones de unidades anuales.

También hay normas que restringen estos plásticos en Argentina, Costa Rica, Ecuador, Perú y Uruguay, y desde este año en la Ciudad de México, así como en unos 20 estados de nuestro país, aplican restricciones sobre el consumo de bolsas y otros plásticos, aunque en muchos estados aplicó el retroceso de esta tendencia a causa del Covid-19.

La mayoría de los países ribereños del Caribe han adoptado también restricciones al consumo de bolsas y otros plásticos de un solo uso debido a lo sensible que son a la degradación de sus playas por la contaminación.

Los primeros fueron Antigua y Barbuda, seguidos por Aruba, Bahamas, Barbados, Belice, Guyana, Islas Turcas y Caicos, Jamaica, Puerto Rico, San Vicente y las Granadinas, y Trinidad y Tobago.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), en el mundo, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico, y al año, se usan 500 mil millones de bolsas. Ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año, amenazando la vida marina.

Si esta tendencia continúa, para 2050 el mundo tendrá 12 mil millones de toneladas de desechos plásticos en los basureros, en la naturaleza, y los océanos contendrán más plásticos que peces.

El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias, por el Tecnológico de Monterrey.

gmontanop@yahoo.com