Libertad de expresión, la declaración universal de los derechos humanos

La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación.

Hace unos días me tocó participar en un foro de periodismo latino con enfoque en derechos Humanos, donde participamos Eva Gutiérrez, periodista y locutora venezolana que radica en Texas; estuvo también Rocío Rivas, salvadoreña radicada en Corea del Sur, corresponsal de La Voz de la Diáspora; y yo como periodista representante de México.

Estos foros surgen de la resiliencia periodística a través de una organización de mujeres de prensa alrededor del mundo llamada @Todas con voz ORG.

En esta ocasión las moderadoras fueron Milagro Vallecillos, reconocida periodista salvadoreña radicada en Panamá, y Khadine Sanhueza, de Panamá; les comparto algunos puntos relevantes, según mi punto de vista, que es importante empezar a analizar para atender y detener.

Llevamos a cabo un interesante ejercicio para hacer conciencia del compromiso y la responsabilidad que tienen los medios de comunicación y cualquier persona que esté ejerciendo el periodismo desde cualquier plataforma informativa, de hacerlo bajo un sentido de ética, constructivo y humano.

De las participaciones de dicho foro, lo más impactante fue escuchar el caso de Venezuela y cómo se fue coartando la libertad de expresión y opinión hasta llegar a las agresiones físicas hacia periodistas, afectando directamente el desarrollo de la democracia.

El llevar a una sociedad a la vulnerabilidad provocada por la incertidumbre, la crisis económica, falta de servicios de salud en una total violación a los derechos humanos, que le permite al régimen seguir apoderado de un país incapaz de expresarse; realmente devastadora la historia y detalles compartidos por la periodista Eva Gutiérrez.

Desde el otro lado del mundo nos compartía Rocío Rivas un caso, hablando de la violación a los derechos humanos durante la pandemia; Corea del Sur no presentaba casos de contagio y todo estaba bajo control, hasta que un líder religioso convocó a sus seguidores a la principal plaza del país a exhortarlos a no respetar el protocolo de salud del Covid-19, debido a que ellos están protegidos por su Dios y se consideraban privilegiados, con una asistencia de aproximadamente 1000 personas.

Después de ese evento el brote del virus fue imparable, cuando todo había sido totalmente controlado y no habían tenido casos, hasta que a este pseudolíder se le ocurrió tomar ventaja y tratar de convencer a sus seguidores de sus ideologías.

En este ejemplo se da el extremo contrario al caso de Venezuela con el manejo de la libertad de expresión.

En el caso de México mencionaba que la desinformación y la falta de responsabilidad por parte de las fuentes oficiales y los medios de comunicación fue y ha sido completamente descoordinada, lo que propicia un caos informativo.

Una realidad superada por cualquier historia de ficción.

Sin embargo el llamado y la reflexión es a ser responsables para comunicar desde lo profesional hasta lo personal.

Este tema de la información conlleva una relación directa con eventos radicales en la historia de un país, que en próximas columnas iremos tratando de desarrollar para intentar aprender y evitar, en la medida de lo posible, que repercuta en el desarrollo de la democracia.

La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación, egresada de la Universidad Dr. José Matías Delgado, San Salvador, El Salvador C.A. fundadora de culturasonorense.org y excoordinadora operativa del Consejo Cultural Ciudadano.

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