Calidad de vida

El autor es nutriólogo, escritor literario, asesor y capacitador por la secretaría de previsión social.

Un concepto que pocas veces ha adoptado la sociedad mexicana es calidad de vida, enfocada a salud, porque si bien, el mexicano es casi un ejemplo y sinónimo de buscar alcanzar una “calidad” de vida basada en logros, bienes materiales y acumulación de riqueza, pocas veces se enfoca en un bienestar propio, salud individual y colectiva, incluso culturalmente es muy enraizado la baja conciencia de buscar tener un estilo de vida con bajos niveles de estrés, con ejercicio que te brinde energía diaria para todas tus actividades y sobre todo una alimentación “sana”, o ya por lo menos no tan dañina para tu organismo.

Al hablar de este tema hay que poner en contexto la esperanza de vida del mexicano, dada por aproximadamente 73 años, comparada con la de países como España, Alemania o Italia que es de 84 a 86, dependiendo del país, a simple vista no hay tanta diferencia, pero entre países, ideologías, cultura y manera de ver la vida, hay un mundo de distancia.

Lo poco o mucho que he visto de la comparación que surge con otros países, y comunidades muy específicas de zonas geográficas es la manera que llevan su día a día y es algo que también veo en varias comunidades rurales de México, que es llevar una vida más silvestre, preparar sus comidas dadas por sus mismas cosechas, guiarse a lo más orgánico, producir cosas de primera calidad, con el gasto, tiempo y complicaciones que esto deja, pero al final se convierte en tu manera de sobrellevar tu día a día.

Pocas veces nos ponemos a pensar en la muerte o en cuántos años queremos vivir, pero al día de hoy la pandemia mundial del Covid-19, nos vino a dar un golpe en seco y a reflexionar sobre cómo queremos que sea nuestro estilo de vida en todos los aspectos, por que si bien nos vino a dar el golpe a la parte de salud principalmente, también vino a replantear la manera en que se trabaja, en que se lleva la educación, en la forma que se brindan los servicios de salud, de transporte y prácticamente todo que implica un impacto económico para una familia, municipio, estado y país.

Si bien países como Italia o España no la pasaron bien ante la pandemia estadísticamente, antes de ella sí los podemos tomar como ejemplos de vida longeva, de calidad y de disfrutar las pequeñas cosas que nos regala la vida y el mundo, porque al final, no todo se trata de trabajo, no todo se trata de familia, de esperar una fecha para darte un respiro del mundo y tener vacaciones y bajarle a tu estrés diario.

La vida es hoy, el tiempo pasa y por mas cliché que suene, no vuelve y tenemos que aprender a verle el lado bueno a la vida, a lo que tenemos, a darle sentido a nuestros días, a darle sabor, a enfocarnos en algo productivo, a cambiar nuestros paradigmas, nuestra cultura, abrir nuestra mente, optar por lo sano y por lo que nos regala la tierra, la vegetación y buscar realmente una mejor calidad de vida, porque al final, todos nos vamos a morir y ¿qué estás haciendo con tu vida?

¿Hacia dónde va?

Haz que valga la pena cada día mientras estés pisando este planeta.

El autor es nutriólogo, escritor literario, asesor y capacitador por la secretaría de previsión social.