Creen en la Virgen

El autor es jefe de información en EXPRESO.

Un joven desarrollado dentro de un ambiente de vida sano, posiblemente tenga menor tendencia a desviar sus objetivos personales hacia actividades ilícitas como el robo, fraude e inclusive ingresar a las filas del sicariato, ya que su sistema de valores y creencias será fuerte y por lo tanto sus gratificaciones las basará en base a recompensas mayores a futuro, esto se refleja en un mejor rendimiento académico, laboral y social.

En los campos de estudio de la sociología o psicología, esta conducta basada en recompensas personales se le nombra gratificación aplazada, gratificación retardada o demora de gratificación, se refleja en personas con buen control de sus emociones, paciencia y fuerza de voluntad, por ejemplo, fácilmente no explotan con alguien porque son conscientes de que su actitud perjudica sus relaciones o conducen a no solucionar correctamente los problemas.

Sin embargo, hay quienes no tienen esas capacidades de contener y administrar sus emociones, situación que al ser aderezada con ambientes de desarrollo nocivos para el ser humano, tienen mayor facilidad de desviar su camino hacia conductas antisociales, tales como ser agresivos, robar, vandalizar, ser piromaniacos, mentirosos o abandonar la escuela.

En ese sentido, fácilmente se vuelven desechables para la sociedad y con mayor posibilidad podrán insertarse en las filas de la delincuencia organizada, ambientes en los que la gratificación aplazada no tiene cabida y prevalece la gratificación inmediata a sus necesidades, pues en la delincuencia es donde encuentran los medios para alcanzar sus metas de poder económico y simbólico, principalmente, aunque su duración sea efímera.

Esto no significa que sean psicópatas, porque el psicópata utiliza su encanto personal para manipular, intimidar, llega a la violencia para satisfacer sus necesidades egoístas, carece de conciencia y sentimientos que los relacionen con sus semejantes; con libertad desmedida se apropia de otros a quienes somete a su voluntad sin el menor sentimiento de culpa o arrepentimiento.

Sin embargo, al “desechable para la sociedad” se le considera un sociópata, ese individuo que en la delincuencia encontró la forma de obtener gratificaciones inmediatas, inestable emocional con problemas de drogadicción y alcoholismo, aún así puede formar una familia, matar a alguien por encargo, regresar a su casas, abrazar a sus hijos, besar a su esposa, dar gracias a Dios por regresar con vida y rezar el rosario porque, aún y cuando lo que hacen no es socialmente correcto, creen mucho en la Virgen.

El autor es jefe de información en EXPRESO.