Las traiciones en la organización

Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones.

Si hasta Cristo en su incipiente organización tuvo un traidor -por 30 monedas o ideología mal enfocada por aquello de que esperaba un mesías guerrero libertador de Israel-, ¿qué podemos esperar de aquellas organizaciones que agrupan a decenas, cientos o miles de personas?

¿Pero cuáles son las características que rodean el ambiente para conocer el origen y posterior brote de una deslealtad?

1.- Toda persona, como ya lo hemos comentado, trae el gen de la supervivencia en la cual se amasan, aparte de la característica de querer siempre más –reconocimiento, ganancia económica, estatus, etcétera-, el deseo irrefrenable de brillar con luz propia y si no se puede al frente, en la retaguardia, en lo oscurito.

2.- Hay un tipo de dignidad mal entendida que todo ser humano posee, es aquella que se conforma por una comunicación mal enfocada en su organización -así sea en el plano familiar- y cuyo ambiente de hostilidad crece en paralelo con un sentimiento de desconfianza a todo y de que primero es uno y luego el resto.

El espíritu de servicio se aplaca.

3.- Hay organizaciones –como la Policía en Estados Unidos y muchas otras-, que ganan la lealtad a base de recursos económicos por encima del resto del común como ocurre en aquellas otras que compran la lealtad de sus colaboradores en base a mayor ingreso o mayor cantidad de inmersión ideológica o religiosa en otros casos.

Pero la traición siempre está latente.

4.- Un caldo de cultivo para fomentar la traición en el día a día son los costos negros de la productividad convertido en robo hormiga, las habladurías o grillas -en vertical y horizontal-, contra la organización y sus jefes al interior o exterior o bien, a mayor ruido de radio pasillo, se incrementa la deslealtad.

El origen de esto es la inconformidad constante, la infelicidad o bien, la búsqueda de un bienestar que la organización no puede proporcionarle en tiempo y forma.

5.- La escisión en la organización proviene del acumulamiento de fuerzas inconformes en su interior que no fueron atendidas de manera adecuada, lo cual obedece a que los dirigentes decidieron simplemente dejar pasar el tiempo bajo el pensamiento de que no pasaría nada y es así como heridas leves tienden a agravarse.

Esa indiferencia de las jefaturas suele llevar al fracaso a cualquier ente organizacional. En este tema vale la pena hacer una observación.

Las traiciones prácticamente se nulifican cuando desde el exterior se amenaza a una organización pues ello -y la historia lo dice-, debido a que en dichas circunstancias los integrantes suelen coaccionarse para defender lo que poco o mucho, que sienten como suyo.

Eso sí, hay que recordar la teoría de los conjuntos que establece que cuando un sistema se separa en dos, esa separación no será tersa, al contrario, será violenta en la medida del aferramiento de los intereses de quienes la integran.

El autor es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública.

Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones… Cuando la unión de esfuerzos no es suficiente.

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