Mente sana y corazón alegre, la mejor vacuna para la vida

La autora es directora de Voz Empresarial.

La humanidad sigue transitando una de sus peores pesadillas ante la pandemia que puede marcar un antes y después en su funcionamiento económico, social y salud para mejorarlo o para ampliar las desigualdades atroces que existían sobre todo para los grupos más vulnerables, mujeres, niños, jóvenes y personas adultas mayores.

Esta carrera diaria ante lo desconocido pueden llevarla a su mejor oportunidad para transformar su forma en una más equilibrada y colaborativa no sólo con los más vulnerables, sino con el medio ambiente que han sido trágicamente impactados por la codicia y el mundo material sin freno que se vivía en la vieja normalidad.

La normalidad anterior basaba su éxito en el tener y nos hicieron creer que todo aquello que representaba materialidad como tener el mejor carro, una casa lujosa, viajes por el mundo, los mejores celulares, ropa de marca, tarjetas de crédito era la felicidad para todos, y la vida de los humanos se volcó a conseguirlo, dejando en el camino, familias, honra, reputación y valores.

La misma Biblia lo dice “un corazón alegre y un espíritu sano que pondera la moderación evita que los huesos se sequen y se quiebren”, esa inteligencia espiritual nos recuerda ahora que las personas se ven frágiles, vulnerables, mortales y que lo que resultaba gratuito como respirar, ver un amanecer o atardecer, dibujar en la arena es lo que la humanidad añora volver hacer sin la guillotina del virus.

Actualmente ante el confinamiento, perdida del empleo, la violencia intrafamiliar, inseguridad, se ha acrecentado el fantasma de la depresión, en México es una enfermedad que aqueja al 75% de los trabajadores y ahora los niños, personas mayores, mujeres en casa están viviendo el flagelo de la violencia y esta se convierte en una depresión colectiva.

El mal humor, el coraje, la rabia, ahora se tratan por videollamadas, o por Zoom, son formas que se han puesto al servicio de las personas para que puedan compartir su dolor diario y como transformarlo en algo que les permita seguir con sus sueños y no claudicar ante la desesperanza diaria.

¿Pero por qué no buscar una opción mas efectiva y que no tenga efectos secundarios?

Las personas con una creencia religiosa, creyentes le apuestan a la risa que tiene efectos fabulosos para el sistema inmunológico que, hoy por hoy, es el único escudo que tienen las personas para salir adelante del Covid-19 ya que no hay vacuna ni medicinas para controlarlo.

La alegría permite que la risa se convierte en un potente restaurador del dolor de las personas, por ello, la risa es gratuita, no cuesta, el costo es un corazón alegre y dispuesto a confiar de nuevo y poner la fe en aquello que es invisible, pero que mueve al hombre, la esperanza y sin ver creyeron y eso ahora se tiene que promover.

Ver un mundo diferente, más humano, más alegre, más sano, con participación social más genuina y solidaria, ayudarse mutuamente, ahora la humanidad se dio cuenta que, si le va mal al otro, tarde que temprano me va a ir mal a mí y a mi familia, porque somos parte de un todo que tenemos que conservar intacto y cuidado para siempre si queremos que la humanidad tenga futuro.

Nuestra boca se llenará de risa y de contento, cuando entendamos que la vida interior se tiene que poner por encima de la vida material y eso sólo lo da la búsqueda de algo más allá de nosotros mismos, hoy con el dolor y sufrimiento se tiene una llama espiritual que nos arroja la fuerza para reinventarnos y ser mejores a la “vieja normalidad”, que ya no debemos de añorar, puesto que nos llevó a donde estamos.

La autora es directora de Voz Empresarial.

aretes0@gmail.com