Los vinos del Río Duero

El autor es Ingeniero Agrónomo por el ITESM–Obregón.

Me refiero al tercer río más largo de la Península Ibérica y a una de las cuencas más importantes para el mundo del vino; a lo largo de su cauce, encontramos lugares donde la uva tempranillo logra sus máximas expresiones.

Localizado en el primer tercio del norte de la Península, nace y recorre de oriente a poniente la comunidad de Castilla y León y cruza Portugal hasta desembocar en el Atlántico, en la ciudad de Oporto.

En su curso va pasando por lugares históricos y paisajes increíbles, al mismo tiempo que por comarcas vitivinícolas productoras de grandes vinos; no encuentro en mi memoria otro cauce fluvial que produzca tal cantidad de maravillas como el Río Duero.

Veamos a qué me refiero:

Turísticamente hablando:

En su nacimiento se encuentra el pequeño pueblo medieval de Atauta que es de los puntos más sobrecogedores y enigmáticos del enoturismo; un poco al poniente de ahí, al norte del caudal, encontramos a una de las catedrales más bellas e imponentes de toda Europa, la Catedral de Burgos; pasa por Valladolid, cuna de nuestro lenguaje y por la ciudad de Zamora, lugar de residencia del mitológico Cid Campeador; ya adentrándose en Portugal va serpenteando al fondo de su propio cañón hasta convertirse en el espectáculo visual más alucinante del mundo del enoturismo: el Douro y finalmente desembocar en la hermosa y divertida ciudad de Oporto.

Enológicamente hablando:

Los primeros kilómetros del río están rodeados por la Denominación de Origen (DO) Ribera del Duero, una de las cinco D.O. más emblemáticas de España y excelsa de vinos tintos de España. Cuenta con unas 25 mil hectáreas de viñedos registrados.

Aquí se producen vinos tintos con la uva tempranillo básicamente, aunque también están autorizadas otras. Se producen unos pocos de vinos rosados con las mismas variedades y ahora ya se considera el vino blanco.

Cuna del legendario Vega Sicilia, en Quintanilla de Onésimo, extremo occidental de la apelación, donde también se producen los asequibles Villacreces.

En Ribera del Duero se produce muchos de los vinos favoritos de nuestro mercado sonorense: vinos complejos, potentes, tánicos y muy equilibrados.

Vinos de la Tierra de Castilla y León:

Alrededor de la población de Tudela de Duero, entre Quintanilla de Onésimo y la ciudad de Valladolid, hay una buena extensión de viñedos que, aunque no cuentan con una Denominación de Origen, gozan de gran prestigio por estar encabezados por las bodegas Mauro y Abadía Retuerta.

Rueda, se encuentra a unos kilómetros al sur de Valladolid.

La D.O. Rueda incluye los terrenos de la antigua ciudad de Medina del Campo y es famosa por sus vinos blancos de las variedades Verdejo y Sauvignon Blanc.

De aquí son los populares y frescos vinos Señorío de Garcigrande y los Cuatro Rayas.

Toro, es la última D.O. importante antes de abandonar el territorio español, incluye las tierras alrededor de las ciudades de Toro y Zamora con un río Duero ya ensanchado, paseando majestuosamente por medio de la antiquísima ciudad y contrastando con su paisaje de paja y tierra roja, productora de uno de los vinos más corpulentos, intensos y expresivos de toda España.

Aquí se elaboran solamente vinos tintos y básicamente con la uva Tempranillo, localmente llamada Tinta de Toro, como los tremendamente venerados Termanthia y Numanthia, producidos en buena parte, de plantas centenarias, incluso sobrevivientes del ataque de la filoxera del siglo XIX.

Siguiendo el cauce y ya entrando en Portugal, encontramos el alucinante paisaje labrado a mano a través de miles de años, en función de la viticultura, el Douro, que cuenta con su propia Denominación de Origen Controlada.

Aquí se cultivan los viñedos para producir también el popular vino de Oporto. Cuentan con centenares de variedades de uva, la principal es Tourgia Nacional, pero secundada por la Tinta Roriz, nombre con el que los portugueses llaman a la Tempranillo.

El significado de Douro, es río de oro, d’ouro en portugués, lo que nos lleva a asumir que la palabra Duero viene de la degeneración en español del nombre portugués:

De Oro y realmente yo le regresaría el nombre por todo lo que nos ofrece, nos guste el vino o no tanto.

El autor es Ingeniero Agrónomo por el ITESM–Obregón.

Miembro fundador de la Cofradía del Vino de Hermosillo.

Comerciante de vino en Sonora y México

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