Tiros al aire

Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.

Y así, sin pegarle al blanco, se siguen experimentando soluciones para contener la propagación del coronavirus, con discursos no alineados y dichos y hechos contrapuestos.

Vemos muchas reflexiones hablando sobre el peligro de regresar a la normalidad, particularmente cuando después de semanas, la naturaleza nos ofrece sabias muestras de recuperación.

En esa normalidad, las ruedas de prensa se han convertido en un reporte diario de muertes por Covid-19 y esto, en una época donde por más de diez años, el gobierno y medios de comunicación se encargaron de informar diariamente sobre la cantidad de muertes en la lucha contra el crimen organizado y sus ajustes de cuentas, la muerte forma parte de la normalidad.

Triste pero cierto, ante la ya falta de asombro, no causa impacto en la sociedad.

Una de las primeras reglas que los expertos en comunicación social del riesgo establecen, es que la asignación de voceros debe de recaer en personas exclusivamente técnico-científicas no en los políticos por una sencilla razón, carecen de credibilidad.

En colaboración anterior ya había comentado sobre la necesidad de tener un comité multidisciplinario de expertos en comunicación del riesgo, ahora anotaré brevemente tres recomendaciones de comunicación asertiva que hacen expertos de la Universidad de Oxford para transmitir mensajes ante una crisis prolongada consecuencia de una enfermedad parcialmente desconocida y aún en estudio.

1) Hablar socialmente: La gente responde a lo que está haciendo la mayoría de las personas a su alrededor, entonces resultan útil los mensajes positivos que los atraigan y corrijan las percepciones erróneas de las conductas sociales, haciendo referencia a grupos o personas similares a ellos y con comportamientos que tengan sentido para ellos.

2) Invocar al futuro: A la sociedad se les debe de dar esperanza, el discurso de aislamiento social ha hecho lo contrario, se debe de ayudar a las personas a planificar para tomar medidas que aún costosas tengan beneficio posterior.

No es mentir, sino permitirles visualizar un escenario real futuro.

Eso no se logra aumentando incertidumbre, recorriendo cada semana el pico de contagio y prolongando “cuarentenas”.

3) Usar cada punto de contacto que se pueda: Aunque los recordatorios ayudan al cumplimiento del comportamiento deseado, es mejor planear y administrar correctamente el flujo de información, el bombardeo de datos resulta contraproducente, la gente deja de ponerle atención.

La mayoría de las personas desean hacer lo correcto mientras vean a quienes consideran iguales hacerlo, y sobre todo, a las autoridades haciendo lo que pregonan.

Sólo así se empodera la conducta deseable.

Comunicar con empatía, cabe mencionar que las personas no responderán positivamente a disposiciones restrictivas unilaterales mientras éstas no ofrezcan alternativas que solucionen su problema real.

Y pregunto, ¿tenemos la certeza de que el problema real que enfrenta la mayoría de la sociedad es el coronavirus?

“No importa si es una piedra, un avioncito de papel o una pelota. Si quieres lanzar un objeto y dar en el blanco, lo mejor es hacerlo despacio”. Es la conclusión de un equipo de científicos estadounidenses que calculó la estrategia óptima de lanzamiento.

Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.