“Me pegó la chota, mamá”?

La autora es coordinadora del Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora.

Me preguntaba hoy temprano, muy temprano, ¿qué sentimiento es superior al miedo de contagiarte por un virus como el Covid-19 y quizás morir por ello? ¿Qué emoción te lleva a que pese a esa posibilidad, aún salgas a las calles a protestar por la discriminación sistémica, la injusticia, el racismo y la xenofobia? ¿Qué hay tras la muerte de George Floyd en manos de un agente de la policía en Minneapolis?

La respuesta quizá sea un cúmulo de sentimientos mixtos: un profundo cansancio, hartazgo; cólera indescriptible, un basta ¡ya!, pero también una enorme tristeza e impotencia al escuchar las últimas palabras de George: “No puedo respirar”. ??El 25 de mayo murió George Floyd por el arresto brutal del policía Derek Chauvinun.

Después que el fiscal del condado de Hennepin (con jurisdicción sobre Minneapolis), Mike Freeman, anunciara que “no tenía intención, de momento, de imputar cargos ni de detener al agente responsable de la muerte de Floyd”, la furia se desató en varias ciudades de Estados Unidos.

Mi hijo se unió a las protestas en Brooklyn N.Y y fue golpeado por la Policía, llevaba sus brazos hacia arriba mostrando que no portaba nada más que su espíritu libre y valiente lleno de conciencia social; él siguió el procedimiento legal para protestar: manos libres en alto, sin ningún tipo de armas y sin insultar.

Al ver la foto que me envió con el mensaje: “Me pego la chota, mamá”. Sólo pude articular: Estoy orgullosa de ti, cuídate y chécate ese ojo.

¿Qué más podría decirle una madre con espíritu irreverente, rebelde, y que se enfurece por las injusticias? Nada, sería como caer en contradicción.

¿Qué más podría decirle a él, un jazzista, pues como dice su papá: “Supongo que ser jazzista y no salir a protestar cuando un afroamericano es violentado es una contradicción, diría el Che Guevara”.

Más adelante, cuando las cosas se enfríen le diré también cómo canalizar ese enojo en arte, en la escritura crítica, en la música con mensaje social. Sirva esta nota como protesta.

La autora es coordinadora del Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora.

gvaldez@colson.edu.mx