Una reactivación inteligente

Estamos a unos días, no sabemos cuántos con exactitud, pero todo indica que pronto, vamos a entrar en una nueva etapa y tenemos que mentalizarnos en todo lo que tenemos que hacer, para que el cambio que viene no nos encuentre desprotegidos.

Tenemos que combinar las necesidades del negocio, con las precauciones que debemos tomar, para evitar contagios con el personal, clientes, proveedores y poder trabajar, además es conveniente repensar, en cómo hemos hecho las cosas en el pasado y cómo quisiéramos cambiar para mejorar y adaptarnos al nuevo entorno.

Un camino sería, buscar cambios en la organización, que nos lleve a una estructura inteligente, como la que recomienda el Lic. Aníbal Basurto, un gran profesional de esta ciudad, en su Sistema Empresa Inteligente, con el cual ha contribuido enormemente, a hacer realidad este tipo de gestión en las empresas.

Las empresas se crean para generar, captar, y entregar valor al cliente, las estructuras inteligentes facilitan este propósito, la inteligencia se traduce en conocimiento, en el saber hacer bien las cosas en el negocio, en darle la máxima satisfacción al cliente.

Las organizaciones inteligentes aprenden, porque las personas que las forman aprenden, el conocimiento es importante para que se convierta en valor y después en recursos, que serán parte de la reinversión constante, que dará lugar al crecimiento del patrimonio de la empresa.

Además, estas organizaciones permiten desarrollar toda la innovación que los colaboradores puedan aportar a los procesos de atención al cliente y desarrollo de procesos y productos, señalando que estos programas deben permanecer y constituirse en esfuerzos constantes, para hacer más competitiva a la empresa.

Para iniciar un cambio tan trascendente, se debe hacer un diagnóstico de la nueva realidad, diseñar un futuro deseable y aplicar toda la energía en lograr esta transformación.

Algunos autores señalan algunas recomendaciones:

Debemos asegurarnos de que la visión, el objetivo, el propósito común, para todos los integrantes de la empresa, incluya todas las variables del nuevo entorno y todo el personal esté de acuerdo con el nuevo horizonte y la forma de cómo vamos a llegar a él.

Hay que tomar en cuenta los cambios que hemos tenido que hacer a los procesos de entrega de valor al cliente y fortalecer la nueva propuesta de valor, donde participen todos los colaboradores, generando los proyectos de innovación necesarios.

Desarrollar el aprendizaje en grupo, se tiene que constituir una comunidad de estudio, para adquirir y compartir conocimiento de todo lo relativo a cómo lograr la máxima satisfacción del cliente.

Profundizar en el conocimiento del nuevo entorno, donde se va a desenvolver la actividad de la organización, donde la competencia, las regulaciones, los mercados, tendrán gran impacto en las operaciones y en los resultados.

Finalmente se recomienda tratar a la empresa como un todo, como un sistema que se ve afectado por las siete variables características que son: Cantidad, Calidad, Oportunidad, Costo, Satisfacción del cliente, Seguridad y ecología.

Para el desarrollo de estas organizaciones, se necesita en primer lugar, que en la dirección o consejo de administración, estén convencidos de las ventajas de una estructura de esta naturaleza y proceda a la creación de una cultura de innovación y gestión del conocimiento, que permita el flujo de ideas y la transformación.

Los participantes deben ser capaces de comunicarse adecuadamente, llegar a acuerdos, aceptar errores, tener humildad, presentar proyectos de mejora de procesos y productos, desarrollar su creatividad, generar valor y buscar la reducción de costos.

El propósito de todos los cambios que propongan los colaboradores, debe ser para mejorar los resultados de la empresa, estas acciones y los colaboradores autores, deben recibir una compensación, en la medida de los beneficios que generen.

#QuédateEnCasa.

El autor es Ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones.

Actualmente Consultor Empresarial Financiero.

Asociado a Pontifex Financieros S.C.

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