Transparencia vs. corrupción

Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.

Éste es un tema viejo, desafortunadamente vigente pero muy relevante ya que exponerlo, analizarlo, pero sobre todo practicarlo, nos lleva a la construcción de un mejor país y nos debería de llevar hacia una mejor sociedad.

La construcción del estado democrático tiene entre sus fundamentos, que los servidores públicos obren al servicio del interés general, con imparcialidad, objetividad y transparencia.

Estos principios son la base de todo el marco normativo que debe prevenir y castigar cualquier forma de corrupción, porque ésta es precisamente la negación de dichos principios, ya que además de violar la ley, indica que el funcionario antepone el interés personal al interés público.

La corrupción, aparte de ser expresión de un comportamiento desviado individual, surge desde el interior del sistema político, incluso el propio sistema lo genera.

La corrupción es considerada como un importante obstáculo al desarrollo económico, un impedimento para la erradicación de la pobreza y el principal motivo de pérdida de legitimidad gubernamental, por tanto, una amenaza para la democracia.

La solución para el combate a la corrupción es la participación social responsable y la exigencia a la rendición de cuentas de los gobernantes.

Formas de participación ciudadana son:

Primero, de acuerdo con el grado de participación de los ciudadanos en la gestión pública:

Información, Consulta, Cooperación y Gestión y Toma de Decisión.

Muchos sostienen que sólo en este nivel puede darse la verdadera participación ciudadana.

La segunda forma sería, de acuerdo con la etapa del ciclo de políticas públicas en la que se prevé la participación ciudadana:

Intervención en el surgimiento del problema y en la inclusión en la agenda; el diseño de la política; La implementación y la evaluación de la política.

Y tercero, de acuerdo con la Gobernabilidad y una nueva gestión pública.

Aquí es donde entra el Poder Legislativo verdaderamente autónomo, generando leyes que lleven a una democracia participativa sin precedentes.

Los mecanismos de participación en las políticas públicas exigen fundamentalmente la transparencia de la gestión pública, es decir, la disponibilidad de información y el libre acceso de los ciudadanos al funcionamiento del aparato gubernamental que sería la columna vertebral ya que sin información, no existen bases para una efectiva participación ciudadana.

La sociedad debe de ser participativa y corresponsable con el nuevo gobierno, particularmente la sociedad civil organizada (actualmente relegada), que debe de asumir el papel que le corresponde en el diseño de una mejor sociedad, es decir, en materia de corrupción “cuando el río suena, agua lleva”, los organismos intermedios deben de velar por representar no sólo a su sector, sino velar por el bien común; aunque en honor a la verdad, aquellos grupos que nos autodefinimos como representativos y con capacidad de crítica somos los más vulnerables a las tentaciones que exhibe el poder en cualquiera de sus expresiones.

Es entonces donde la congruencia de principios toma su justa dimensión ya que como lo dice la cantante estadounidense de protesta: Joan Baez:

“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”.

Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.

marianokatase@gmail.com