La Banca en el Hermosillo antiguo

El autor es escritor e historiador.

En 1888, Hermosillo era una ciudad diminuta, contaba con aproximadamente 13 mil habitantes, además de ser poco reconocida en la República Mexicana, aun siendo la capital del Estado. En este año se estableció en la ciudad la primera sucursal bancaria del Nacional de México, en la esquina de las calles Porfirio Díaz y Tampico, hoy Garmendia y Álvaro Obregón.

Fue para Hermosillo un honor que sólo cuatro años después de su fundación, se estableciera un banco en la localidad sonorense. Sin embargo, el primer intento de fundar un banco regional en Hermosillo fue en 1881, tras la autorización a los señores Edward Adams, José María Ortiz, Rafael Ruiz y Roberto R. Symonds el 8 de julio, con un capital de cien mil pesos se planteaba establecer el Banco de Sonora. Aunque la concesión no fue cumplida se declaró nula; otorgándose otra el 28 de julio de 1882.

Para mala suerte de los inversionistas, Manuel González Flores, entonces presidente de México, emitió un decreto donde se colocaba a las instituciones de crédito bajo las leyes federales y por lo tanto, la concesión volvió a quedar disuelta.

El 30 de agosto de 1889 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, bajo las direcciones del oaxaqueño Manuel Dublán, otorgaron una concesión al señor Ricardo Uruchurtu para el establecimiento de una institución bancaria de emisión de billetes y descuento que se denominaría “Banco de Sonora, S. A.”; ratificada el 7 de diciembre.

Habiendo fracasado el señor Uruchurtu le fue declarada caduca la expresada concesión y el 18 de septiembre de 1897 la precitada secretaría otorgó una nueva a los señores Próspero Sandoval, Luis A. Martínez y Baudelio Salazar. El 10 de enero de 1898 abrió sus puertas al público el Banco de Sonora con un capital inicial de medio millón de pesos y teniendo de gerente al señor Max Muller.

Estableció sucursales en Guaymas, Nogales, Chihuahua, Culiacán y Ures y agencias en Altar, Magdalena, Arizpe, Navojoa y Sahuaripa. Llegó la emisión de billetes en circulación hasta tres millones de pesos; durante la Revolución Constitucionalista cambió la oficina matriz de Hermosillo a Nogales, Arizona, y volvió a la capital después de 1920 en estado de liquidación.

Las corporaciones mutualistas dieron comienzo en el Estado desde el año 1873 bajo la influencia de don Ramón Corral, hombre liberal y de ideas revolucionarias. Las más conocidas en su tiempo fueron la Sociedad de Artesanos de Álamos, a la que perteneció Corral, perdurando ésta hasta 1913; la Sociedad de Artesanos “Hidalgo”, de Hermosillo y la del mismo nombre en Guaymas; la Sociedad Regeneradora de Obreros del Porvenir “Melchor Ocampo”, también del Puerto; la “Sociedad Hidalgo de Artesanos Unidos”, de Nogales, y la Sociedad de Artesanos “Mariano Bárcenas”.

El autor es escritor e historiador.

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