La fuerza de voluntad, ¿cómo afanarnos para situar las prioridades?

La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Les cuento, en mi trabajo como emprendedora en un negocio que consiste en trabajar al 100% con mis manos y la creatividad (restauradora de muebles), muchas veces pasa que poner orden al seguimiento del día es complicado, hay que organizar, hacer cuentas, atender cotizaciones, hacer contabilidad y esas cosas que no esperaba cuando mi plan inicial y sueño guajiro de oficio era solo pintar y relajarme.

Resulta que cuando las cosas las haces ¨en serio¨, descubres que hay un sin fin de situaciones que tienes que sobrellevar para realizarte sea cual sea tu contexto. Incluso para los escenarios cotidianos, en estos días atípicos nos recordamos una y otra vez que tenemos que tener fuerza de voluntad para levantarnos temprano, asearnos, hacer ejercicio, tratar de llevar una dieta balanceada, ordenar ese cajón, hacer home office, en fin, cumplir con nuestras obligaciones y algo más, pero entonces ¿cuánta fuerza de voluntad necesitamos para no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy?

Tener voluntad es lograr llevar a cabo acciones claras, definidas y concretas, basadas en nuestros deseos y nuestras decisiones, según la Psicóloga Silvia Russek, entendido por esto, nos explica que la fuerza de voluntad es la capacidad (la energía y el conocimiento) que tenemos para controlar nuestros impulsos y nuestras conductas.

Entre más estuve buscando opciones de lecturas o buenos consejos sobre cómo mejorar mi fuerza de voluntad, me encontré con que justamente el tema de la energía es algo muy importante.

Hay diversos estudios científicos que revelan resultados interesantes, entre los más sencillos me gustó para ejemplo una investigación que se hizo en un supermercado, se le ofrecieron cálculos matemáticos muy simples a las personas que estaban realizando sus compras, resulta que las personas que llevaban más tiempo ahí eran menos capaces de resolver los problemas matemáticos simples. Esto se debe a que ellas ya habían gastado su fuerza de voluntad en pensar lo que llevarían, hacer cálculos de gastos, etc.

En cambio, las personas que llevaban poco tiempo en el supermercado eran capaces de resolverlos sin ningún problema, lo que nos revela éste y varios estudios realizados es que la fuerza de voluntad se asemeja a un combustible que se va gastando rápidamente.

Para conclusiones prácticas trataré de poner atención especial a los consejos de varios psicólogos clínicos, en donde me quedo con lo siguiente:

1. La fuerza de voluntad es limitada, se termina, así que deberemos poner atención especial desde lo primero que hacemos en el día.

2. Todo lo que hacemos requiere de nuestra fuerza de voluntad, hablar, jugar, ver el teléfono, así que gastar nuestra fuerza de voluntad en distractores hará que nuestros objetivos parezcan aburridos, aunque realmente no lo sean. ¡Vamos a priorizar!

3. Estar motivados, pensar siempre en lo importante que es lograr nuestros objetivos día a día, ¿por qué y para qué?

4. Automatizar las actividades diarias, dejar preparada nuestra oficina, nuestra ropa, etc., un adelanto de lo que ya sabemos que al siguiente día vamos a utilizar (lo de rutina), con el fin de liberar energía y mejor utilizarla en lo que realmente nos acercará cada día a cumplir con nuestras metas. Se lee fácil, así que vamos a repetirnos que sí lo es.

Dichas las opciones, ¡a tratar de poner en práctica!

La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

CEO de i Latina Galería

@ilatinagalería