La Capilla del Carmen

El autor es escritor e historiador.

La Capilla del Carmen es el santuario hermosillense más antiguo, que continúa dando servicio a la grey católica.

Probablemente algún creyente que conozca la historia de nuestra ciudad mejor que el autor de esta nota nos afirme que la Capilla de San Antonio es más antigua que la del Carmen, en dado caso me gustaría comentar que tiene toda la razón debido a que fue construida a principios de 1800. Sin embargo, en años previos a 1979 estaba en ruinas, siendo rehabilitada por Ramón Ángel Amante, presidente municipal de Hermosillo de 1976 a 1979.

En el Archivo Histórico del Gobierno del Estado, Tomo 1105, Asunto: Documentos Diversos. Año 1836, Caja 344, hallamos una memoria escrita por don Francisco Almada alusiva a la Capilla del Carmen, misma que podrás leer a continuación:

“La edificación y dotación de la Iglesia del Carmen, ubicada en la Calle Jesús García, que a su vez cierra la antigua Avenida del Carmen, que hoy se llama No Reelección, en la primera mitad del siglo pasado, se debió a la filantropía y celo religioso de don Pascual Íñigo, nativo de San Miguel de Horcasitas y socio de la casa comercial de Manuel Íñigo y Compañía.

“El señor Íñigo, desde el Puerto de San Fernando de Guaymas, elevó una solicitud al gobernador de la Mitra de Sonora y Sinaloa, Presbítero Juan Ignacio Quirós y Mora, el 5 de noviembre de 1836, para que se le permitiera edificar por cuenta propia una capilla en la Ciudad de Hermosillo, dedicada a Nuestra Señora del Carmen. Ofrecía levantarla anexa a la casa habitación que poseía en la misma población; dotarla oportunamente de vasos sagrados, paramentos y demás objetos indispensables para que pudieran verificar los actos del culto y dejar una puerta de acceso al público, a fin de que todos los vecinos que así lo desearan tuvieran facilidades para asistir allí y cumplir con sus deberes religiosos. El cura párroco de la ciudad o cualquiera se los sacerdotes auxiliares quedarían autorizados para celebrar el santo sacrificio de la misa y los demás actos del culto que tuvieran por conveniente, sin ceñirse a considerar al expresado templo como una capilla de propiedad particular…”. (Escobosa Gámez, op, cit., págs. 25 y 26.)

Una vez terminado el templo y dotado de los vasos sagrados, paramentos y demás objetos indispensables para los oficios, el Dr. Lázaro de la Garza y Ballesteros, séptimo Obispo de Sonora y Sinaloa, expidió un despacho autorizado al Padre Escalante para que procediera a bendecirla, siendo bendecida el 15 de febrero de 1842. Al día siguiente una imagen de la Virgen del Carmen fue colocada en el altar mayor, celebrándose una misa solemne.

El autor es escritor e historiador.

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