La hora de la verdad

El autor es Maestro en Educación y profesionista independiente.

Estos días serán fundamentales para el país, porque veremos de qué estamos hechos los mexicanos.

Una microscópica, pero compleja cadena de ARN (ácido ribonucleico) de 0.12 micrones (.000012 cm) de diámetro tiene a la humanidad en jaque.

La Organización Mundial de la Salud ha declarado al Covid-19 “Enemigo de la Humanidad”, y antes de comenzar este texto había ocasionado 329 mil 924 infecciones y 14 mil 512 muertos en el mundo; y los números se incrementan con pasmosa rapidez.

Los llamados que hiciera la OMS hace unas semanas para atender con seriedad la epidemia del coronavirus no tuvieron eco en los oídos del mundo, y hoy cada país está enfrentando la situación a como puede, literalmente.

El mundo está en crisis y ahorita no hay nada más importante que combatir la ya declarada pandemia.

Las pérdidas económicas, si bien incalculables, por el momento ha pasado a ser un aspecto secundario porque miles de vidas están en riesgo.

En países como Italia, con casi 50 mil infectados y más de 5 mil muertos, el Covid-19 ha colapsado el sistema sanitario por la ausencia de infraestructura, y se han visto en la triste necesidad de elegir a los jóvenes por sobre los adultos mayores de 60 años para intentar salvarles la vida.

España se aproxima a una situación similar, y en Estados Unidos las predicciones logarítmicas dicen que habrá 25 millones de personas infectadas a mediados de abril -de no tomar acciones drásticas-.

Si eso sucede a países del primer mundo, imagínese a nosotros.

Ya no hay tiempo de recibir escapularios para protegernos.

Cada uno de nosotros deberá responsabilizarse de sus acciones en los próximos días, aprendiendo a ser solidario y preocupándose por el bien de todos.

No hay espacios para el egoísmo, porque nos enfrentamos a una situación única, donde nuestra propia existencia depende de la sobrevivencia de los demás.

Deberemos ser meticulosos, evitar el pánico que lleve a la psicosis social y los riesgos de un descuido.

Ya no se trata de si es un virus creado en laboratorio o de si es un arma biológica de los chinos o los estadounidenses para cambiar el balance del poder mundial.

Esto es serio, y lo cierto es que los videos de niños y ancianos sufriendo la neumonía producto del virus son verdaderamente dramáticos.

Esta pandemia cambiará al mundo y también sacará lo peor y lo mejor de cada ser humano sobre este planeta.

De cada uno de nosotros dependerá de qué lado de la historia queremos estar: del de los vivos o del de los muertos.

Así de simple.

Seamos buenos ciudadanos mexicanos para que este pasaje forme parte después del anecdotario de cómo un virus puso a reflexionar a todo un planeta.

(585,040 infectados, 26,819 muertos… y contando).

El autor es Maestro en Educación y profesionista independiente.

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