Que no le cuenten, no puede existir desarrollo social sin crecimiento económico

El autor es presidente de Coparmex Sonora Norte.

Sí, es verdad, que un mayor ingreso no es sinónimo de bienestar, pero definitivamente ayuda, sobre todo a los más vulnerables. Es por esto que, si el bienestar de los mexicanos fuera prioridad de este gobierno federal, entonces el crecimiento económico sería un objetivo perseguido con empeño obsesivo. Desafortunadamente, la realidad de nuestro país es que caminamos en la dirección contraria, específicamente, hacia un deterioro económico de todos los mexicanos.

Pero demos un paso atrás, ¿qué es crecimiento económico? Por crecimiento económico nos referimos al crecimiento de todo lo que producen las empresas mexicanas, incluyendo bienes y servicios. A esta suma se le llama Producto Interno Bruto o PIB, aunque lo que en realidad se mide con este indicador es la actividad económica. De esta actividad económica depende la generación de empleo y bienestar de todos los mexicanos.

¿Y porque es importante asimilar esto? Porque cada vez somos más, nuestra población está creciendo a un ritmo de 2.5% anual, pero la economía no está creciendo a la misma velocidad. De hecho, la economía decreció -0.2% en el 2019, y se augura un desempeño similar para el 2020, logrando un efecto sumamente negativo que es el empobrecimiento neto de la población.

Parecen simples estadísticas, pero basta con observar que la población que cada año empieza a buscar trabajo es de 1.3 millones de personas cuando sólo estamos generando oportunidades para el 27% de ellos. El resto, es decir, casi un millón de jóvenes, se están integrando a las desesperantes filas del desempleo, cifra que sólo está creciendo cada año.Muchos jóvenes que no encuentran oportunidades en la economía formal terminarán en la informalidad o podrían ser presa fácil de redes delincuenciales.

Para el 2020, el panorama no es alentador. Con turbulencias macroeconómicas causadas por el COVID-19, la dramática caída del precio del petróleo y un gobierno empeñado en desmantelar todo lo construido en el pasado, funcione o no, se vislumbra un crecimiento económico sumamente mediocre.

Con este antecedente esperaríamos una reacción de alarma por parte del ejecutivo federal, un anuncio que inspire confianza y tranquilidad, un golpe de timón decisivo para evadir la tormenta. Pero al contrario, su reacción fue anunciar en la mañanera de este lunes que, mediante una consulta popular, se definirá la suerte de una inversión privada de más de 1,500 millones de dólares en Mexicali y la más importante en el estado de Baja California de la última década.

La confianza empresarial para invertir es la menor desde 2011 y urge un cambio de estrategia, sin embargo, el presidente no dimensiona las ramificaciones de esta y otras decisiones que ha tomado, o pareciera no importarle.

 

El autor es presidente de Coparmex Sonora Norte.