La importancia de la mujer en la empresa

El autor es director de Grössman Beyond Marketing, Consultor en Comunicación y Marketing

Hoy lunes 9 de marzo de 2020 es un día histórico para México. Miles de mujeres se encuentran demostrando la fuerza que tienen en la economía, educación, vida pública, política y lanzan un grito para ser escuchadas, con una protesta histórica.

Tomaré este espacio para apuntalar la importancia de las mujeres en diversos ámbitos y mostrar con datos, el valor real de su participación en la vida del país.

Muchas puertas se han abierto. Las mujeres hoy en día son agricultoras, trabajadoras en fábricas, directoras ejecutivas de empresas, científicas, ingenieras o médicas y desempeñan muchos otros trabajos que eran impensables en el pasado.

La actividad de las  mujeres tiene un gran impacto positivo en la economía, en los negocios, en la agricultura y en la industria, como empleadas domésticas, vendedoras en mercados, trabajadoras

migrantes y en el trabajo no remunerado como cuidadoras.

A pesar de los avances, siguen existiendo obstáculos como la falta de un entorno propicio para conseguir una participación plena y equitativa. La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, aprobada por los Estados miembros en 1995, destaca a las mujeres y la economía como una de las 12 principales esferas de preocupación.

Los 189 gobiernos que firmaron el acuerdo se comprometieron a llevar a cabo acciones específicas para alcanzar objetivos concretos a fin de mejorar el papel de las mujeres en la economía.

Gracias a la educación, las mujeres pueden ayudarse a ellas mismas y romper el yugo de la exclusión. En ningún sitio esto es más importante que en el mundo en desarrollo. Un estudio realizado  en 60 países estima que la pérdida económica por no educar a las niñas al mismo nivel que los niños asciende a un total de 90,000 millones de dólares estadounidenses al año.

Otro estudio indica que un año adicional de escuela primaria impulsa el potencial de remuneración en un 10-20 por ciento, y un 25 por ciento en el caso de un año adicional de educación secundaria.

El estudio del FMI, Women, Work, and the Economy: Macroeconomic Gains from Gender Equity, demuestra que eliminar las brechas de género en la participación económica puede implicar  aumentos en los ingresos per cápita.

Lo anterior puede tener una consecuencia muy importante: dado que las mujeres controlan el presupuesto familiar en la mayoría de los hogares del mundo, un mayor gasto por parte de las mujeres representa niveles más altos de demanda y crecimiento económico.

A su vez, un estudio refleja que las empresas de la lista Fortune 500, con un historial de promoción de mujeres hacia puestos de alta dirección, son mucho más rentables que las empresas promedio de su mismo campo. Además, es más probable que las mujeres se alejen de conductas imprudentes y arriesgadas como las que han provocado la crisis financiera mundial de 2008.

Normalmente se inclinan por decisiones basadas en el consenso, la inclusión, la compasión y centran su atención en la sostenibilidad a largo plazo.

“Es cierto -y comprensible, dado el sesgo existente- que a veces las mujeres no tienen la confianza necesaria para equiparar su competencia. Es preciso que se cambie la mentalidad y vuelvan a escribir la historia, esta vez a favor de las mujeres. Es fundamental que las mujeres estén preparadas para “atreverse a aprovechar la diferencia”, asumir riesgos y alejarse de lo conocido.

No obstante, incluso aquéllas que consiguen tener éxito, siguen enfrentándose a dificultades. Por eso he llegado a la conclusión de que los objetivos y las cuotas de género son importantes para asegurar que las mujeres ocupen un lugar en las mesas de negociación. Sólo tenemos dos alternativas: forzar el cambio o conformarnos con la autocomplacencia”.

(Christine Lagarde)

El autor es director de Grössman Beyond Marketing, Consultor en Comunicación y Marketing.

Miembro Aspac.