Sé humano, pero de verdad

El autor es Licenciado en Nutrición, escritor literario, asesor e instructor de capacitación.

Vivimos en una sociedad donde noto cómo nos hace tanta falta volver a las bases.

La sociedad está divida en castas, en estratos sociales, vivimos en un sistema social capitalista donde a veces creo que si estás muy abajo te quieres quedar ahí, porque criticas al de arriba, juzgas, pero no haces nada por cambiar tu entorno, tu vida.

Latinoamericana, y México sobre todo, está dividido y los políticos meten una cuña que divide más. A diario escucho a políticos mencionar:

“Esto lo hago para el pueblo”, y mi pregunta es “¿qué ellos ya no son pueblo?”.

Sueño con un México, una sociedad informada, donde tengas el puesto que tengas te incluyas en la sociedad, una que, donde comen 3 coman 10, donde le echen más agua a los frijoles para que alcance, donde se reúna el tipo sencillo, el citadino, el que sí es de pueblo, el fresa, el “fifí”, el chairo y todos vean por un fin común, llevar a la sociedad a mejores términos, ya ni siquiera económicos, simplemente a términos humanos.

¿Cuándo se nos olvidó que todos somos lo mismo, que todos somos humanos?

Las brechas sociales son tan grandes, por economía, cultura, religiones, y entiendo el juego, acepto y respeto, pero nadie es más ni menos que nadie y ahí está atorado México.

Al que le va bien ya se le tacha, juzga y critica, porque se ve mal, ya se cree que algo hizo mal, que es 'transa' y como nosotros somos muy sabios, entonces yo no haría lo que él hizo, pero sí lo critico.

¿Qué número es en el que está atorada la sociedad?, ¿a partir de qué cantidad de dinero ya “te ves mal”?

En México hay una palabra clave, “chamba” hay que ‘chingarle’ para llevar comida a casa, “chamba es chamba”, lo que importa es llevar a casa bienes y servicios con esa frase, sin importar a qué te dediques, y curiosamente, no por trabajar más horas o esforzarte más vas a ganar más, así no funciona el sistema en México.

Si vienes de muy abajo tienes que hacer cambios muy lógicos en tu vida que todos sabemos, mas no realizamos.

El primero y principal es, no gastes lo que no tienes, gasta menos de lo que ganas.

La abundancia se siente cuando te sobra y la única manera de cambiar de estrato social es teniendo un ahorro, una utilidad al final de cada mes o quincena, si no, siempre vas a seguir donde mismo, endeudado, estresado y encarcelado porque debes la vida.

No a todos nos tocó nacer en cuna de oro, o como una vez me dijo un maestro muy sabio, no todos nacemos con estrella, pero todos tenemos la oportunidad de crecer, salir adelante con lo que nos tocó e ir por el éxito de nuestras vidas, llegar a eso y tener un impacto en la sociedad.

Realmente impactas por lo que eres, lo que ofreces o lo que puedes realizar por un servicio, producto o parte de la ciudadanía, es donde realmente empiezas a ganar sin importar cuántas horas trabajes, mientras no tengas un impacto, no importa si eres el mejor cirujano del mundo, mientras no te conozcan, no tienes un impacto.

La sociedad tiene una gran variedad de arquetipos de personas, de profesionistas, de humanos… ¿por qué no simplemente juntamos lo mejor de todos y buscamos ser mejores?

¿Por qué seguimos envidiado a los demás?

¿Por qué seguimos sin trabajar en uno mismo?

¿Por qué no sólo soñar, si no buscar un mejor México?

El autor es Licenciado en Nutrición, escritor literario, asesor e instructor de capacitación.