Las organizaciones oscuras

El autor es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet.

(TERCERA Y ÚLTIMA PARTE)

En anteriores envíos analizamos como organizaciones oscuras aquéllas relacionadas con pandillas y crimen organizado, tocando el turno ahora a las que implementan su accionar para sembrar terror, desequilibrio gubernamental y zozobra en la sociedad.

Su sistema operativo se basa en tres características esenciales: Reclutamiento, adoctrinamiento y motivación constante lograda a través de una creencia, una ideología, o bien, una meta final.

En este cuadro es posible identificar a grupos de guerrilleros o terroristas cuya organización es con base en células por sobrevivencia y su tamaño depende de los objetivos trazados.

El reclutamiento-adoctrinamiento suele estar entre los jóvenes quienes crecen dentro de la organización en una mística que les ubica dentro de un esquema mayor y les centra en una percepción de vida, un destino, una razón de ser y estar en este mundo.

De ahí lo difícil de que una vez enganchados, puedan salir de ese movimiento.

Como son por lo general clandestinos, no es posible definir la magnitud o tamaño de la organización.

El misticismo creado alrededor de una bandera de lucha los lleva a que, en su edad adulta, continúen en el mismo camino ya con la seguridad plena para los jefes de la organización que conformaron elementos con iniciativas propias, con sueños y deseos que están coligados a los fines pertinentes, conductuales y sembrados como semillas florecientes en sus cerebros.

Los integrantes de estos grupos son operativos en su mayoría. Su administración obedece a reglamentos de comportamiento –importante el secretismo, la seguridad, el perfil bajo–, y su financiamiento suele ser en base a patrocinios, o bien, a asaltos a instituciones bancarias.

En el caso de la guerrilla se divide en dos: la urbana, que por lo general es la proveedora de la guerrilla rural, que se encarga del área de entrenamiento.

Actúan como fuerza paramilitar, con jefaturas y subjefaturas y demás grados hacia abajo.

El principal nicho de mercado y de atracción suelen ser las universidades, pues el joven es carne de cañón y presa fácil de sus propios instintos por lograr un cambio, por pertenecer y ser parte de algo más grande.

Es el idealismo en su máxima expresión.

Por esta razón, una de las fortalezas de estas organizaciones, la más poderosa, es imponer su verdad, su realidad, su lucha, sin importar que sus métodos sean oscuros.

Los aspectos negativos o ilegales son considerados como daño colateral.

Existen tres parámetros para medir la productividad de los colaboradores: Al interior de la organización, mediante capacitación constante intelectual y física; al exterior a través de la planeación y ejecución de sus acciones, y hay una tercera, que le permite al eslabón más bajo trascender en cargos de mayor responsabilidad: proselitismo, con lo cual se logra el fortalecimiento y creación de nuevas células.

El estilo de convivencia es comunitario. Sus heridas de guerra son sus medallas y ello les coloca en una posición de admiración y respeto con respecto al resto de sus compañeros.

La comunicación horizontal y vertical es directa, sencilla, clara. Radio pasillo no existe.

Cada integrante cuenta con un espacio o un área de trabajo de la cual es responsable.

El tipo de liderazgo es impositivo.

No existe la democracia.

En las alturas suele existir un consejo que define las políticas, los objetivos, las negociaciones con un ideólogo al frente, así como sus respectivos estrategas.

Cuando ocurren diferencias importantes, suele suceder que una misma célula se divida en dos o tres, pero no dejan de estar sujetas a los considerandos propios de la organización, así como tampoco a sus métodos de trabajo -tipo franquicia-, y mucho menos a los procesos y procedimientos establecidos.

Después de todo, el objetivo final interno es que cada integrante cuente con la capacidad de generar una organización nueva, manejando el establishment conocido y por lo cual su capacitación es constante y primordial por su importancia.

Por esta razón es tan difícil para las autoridades gubernamentales aniquilar a organizaciones de este tipo. No es, pues, nada más ideología lo que les sostiene, aun cuando es su base de pertenencia, de lucha y de razón de ser.

El autor es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet.

Consultor en Competitividad Organizacional con doctorado en Administración Pública.

Correo electrónico: archivoconfidencial@hotmail.com

Twitter: @Archivoconfiden

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