Las dietas no sirven

El autor es Licenciado en Gastronomía, CHEF por ICUM y tiene más de 7 años de experiencia como Coach de Salud en el proyecto Coach Oz.

Esta vida moderna está arrasando con muchos conceptos de los cuales creíamos fiarnos para vivir una buena vida, pero que con el tiempo han demostrado traicionarnos y terminar causando más problemas que soluciones, cosas como el plástico, los productos light, y en este caso, las dietas, son de esas cosas que desde hace unas cuantas décadas hemos adoptado buscando una solución, pero hoy día está más claro que definitivamente sale más caro el caldo que las albóndigas.

Veamos por qué las dietas no sirven:

-Bioindividualidad:

¿Cuántas veces has hecho una dieta que te recomendó tu vecina o que te pasó tu hermana?

Y ella sí adelgazó decenas de kilos y a ti ni cosquillas te hizo, por qué?

Porque la bioquímica de cada uno es distinta, lo que a alguien puede funcionarle no es ley para otra persona, es por esto que debemos aprender a conocer nuestras necesidades.

-Restricciones:

Las dietas tienden a ser restrictivas, sobre todo en el tema de las calorías, y cuando esto sucede, te fijas en comer pocas calorías, el cuerpo almacena la grasa como un mecanismo de defensa, haciéndolo más difícil de quemar, puesto que la clave está en tener una alimentación bien variada en riqueza nutricional, con cantidades suficientes para las necesidades de cada quien.

La restricción sólo genera frustración.

-Poca sustentabilidad:

Las dietas son aquellos métodos a los que uno acude para perder peso rápido, nuevamente, con base en restricciones, el rebote es inminente, es por viejos hábitos una vez que termina el proceso, y esto es completamente insostenible, pues no hay un cambio de raíz en los hábitos, lo que se necesita es un cambio de hábitos, algo permanente.

-Relación tóxica con la comida:

La clave está en tu relación con los alimentos; por ejemplo, si amas el chocolate, pero te privas de chocolate porque estás a dieta, cada vez que caigas y comas un chocolate, sólo caerás en un círculo vicioso de emociones tóxicas, donde te sientes culpable por haberlo hecho, regresas a una dieta estricta sólo para esperar volver a caer en la tentación.

Cuando aprendes a disfrutar sin culpa, sanas tu relación con la comida y la dejas de ver como tu enemiga.

Estrés:

La misma palabra dieta ya es causante de estrés para la mayoría de la gente, ahora, la restricción que supone una dieta hace que el mismo cuerpo entre en estado de estrés e incremente su secreción de cortisol, que, si esto es una constante, causa problemas aún mayores haciendo que sea aún más difícil perder peso, es por ello que la mejor manera de lograr un peso en equilibrio es disfrutando del mismo proceso, comiendo alimentos que te causen disfrute y que te nutran.

El autor es Licenciado en Gastronomía, CHEF por ICUM y tiene más de 7 años de experiencia como Coach de Salud en el proyecto Coach Oz.