Informe especial del IPCC sobre cambio climático y suelo

El autor es ingeniero bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) es un organismo de las Naciones Unidas creado con el fin de determinar el estado en el cambio climático. Tiene más de 190 países miembros y cada informe reúne a cientos de científicos de alto nivel de todo el mundo. El IPCC advierte que en un escenario de calentamiento de 1.5 grados, se proyecta que 178 millones de personas sufrirán de falta de agua y desertificación para 2050. En un escenario de calentamiento de 2 grados, ese número aumenta a 220 millones de personas en todo el mundo durante el mismo período de tiempo.

El año pasado, el IPCC advirtió sobre la inminente crisis climática. Este año, hace un llamado para salvar a los bosques antes de que se agote el tiempo. La agricultura, la producción de alimentos y la deforestación son los principales impulsores del cambio climático. La conexión entre cómo se usa el suelo y su efecto sobre el cambio climático es el foco del último informe.

No muestra un futuro prometedor: si el calentamiento global va más allá del límite de 2 grados centígrados establecido en el Acuerdo de París, lo que probablemente sucederá es que la Tierra se convertirá en desierto, la infraestructura se derrumbará a medida que se derrite el permafrost, y la sequía y eventos climáticos extremos colapsarán el sistema alimentario.

La población sigue creciendo y, con ella, el consumo. Esta tendencia sólo aumentará en el futuro cercano, pero los recursos del planeta, incluyendo el suelo son limitados. El uso de la tierra representa alrededor del 23% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Las emisiones de CO2 provienen principalmente de la tala de bosques para nuevas tierras agrícolas, y las emisiones de metano de los campos de ganado y cultivos.

El sistema de producción de alimentos necesita una revisión importante. Si continuamos talando bosques para aumentar la producción de alimentos, el cambio climático sólo empeorará. Una cuarta parte de la tierra cultivable está degradada. La forma en que producimos alimentos y lo que comemos contribuye a la pérdida de ecosistemas naturales y la disminución de la biodiversidad.

El cambio climático aumenta la frecuencia e intensidad de las sequías, inundaciones y olas de calor, lo que puede destruir irreversiblemente los ecosistemas naturales y provocar escasez de alimentos creando un círculo vicioso de retroalimentación, en donde las temperaturas más altas promueven la degradación de la tierra a través de la sequía, la desertificación, el aumento de los mares, y la promoción de incendios forestales como los que actualmente arden en Amazona, Siberia y Groenlandia. Esto aumenta la cantidad de gases de efecto invernadero que liberan las masas de tierra, lo que acelera aún más el calentamiento global.

Ante este escenario señala a la agricultura regenerativa como una opción de agricultura sostenible. El término describe un enfoque holístico para cultivos que incorporan la integración de la cubierta arbórea, el uso de cultivos de cobertura, la rotación de la agricultura y la dependencia del compostaje para mejorar de forma natural la tierra vegetal del suelo.

Este informe es el primero en recomendar el refuerzo de los derechos de propiedad de tierras indígenas como estrategia de mitigación del cambio climático. Al fortalecer los derechos indígenas, los bosques pueden manejarse mejor para el almacenamiento de carbono. Los pueblos indígenas evitan que las industrias mineras y madereras arraiguen en sus tierras, y sus métodos agrícolas localizados a menudo son más sostenibles que los que practican las grandes empresas.

Reducir las emisiones de los carros y la transición a fuentes de energía renovables ayuda a retrasar la liberación de emisiones. Sin embargo, la deforestación no sólo emite carbono, también destruye los árboles que ayudan a limpiar el aire de esas emisiones. El árbol promedio absorbe aproximadamente 48 libras de carbono al año.

El informe es sólo una de las muchas publicaciones de investigación que dicen que las personas deben cambiar la forma en que comen para mantener un planeta saludable. Reducir el consumo de carne y disminuir el desperdicio de alimentos son dos áreas que el informe destaca como una forma en que las personas pueden vivir de manera más sostenible.

El informe recomienda una acción enérgica por parte de los gobiernos y las empresas, incluyendo eliminar la deforestación, la reforma de los subsidios agrícolas y el apoyo a los pequeños agricultores.

 

El autor es ingeniero bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.