Tenemos un café pendiente

La autora es chef y comunicadora.

Los mejores momentos de la vida son acompañados de una buena taza con café y grata compañía, bueno en ocasiones podemos prescindir de la compañía y simplemente disfrutarlo.

Una mañana conversaba larga y tendidamente con mi amiga Gaby, su compañía me hacía pensar en cuánto podemos aprender cuando nos duele el cuerpo; “si te duele es que estás viva”, fueron sus palabras alguna vez… eso me llevó a pensar en cuántas veces sentimos que tenemos tanto por hacer y al final no hacemos nada, dejamos que las cosas pasen y tomen su curso; en ese curso el café se enfría, los amigos se van y grandes momentos dejamos pasar por hacer tanto y no hacer nada.

Nuestra charla fluía como suele pasar siempre que dos mujeres se disponen a conversar, solucionamos el mundo en menos de media hora… ¡fácil! Conforme pasó el día pensaba en lo afortunada que soy al estar rodeada de grandes personas que de manera generosa comparten su café conmigo.

En mi casa que es tu casa y como buena pueblerina siempre encontrarás café; mi mamá nos decía si vas a brindar algo a las personas que siempre sea de calidad y el café que en los pueblos se prepara, créanme que es de calidad; se cuida cada detalle del tueste así como cuidamos nosotros las amistades y buscamos la mejor taza para servirles y que el momento de disfrutar la plática sea célebre.

Cuántas decisiones no tomamos después de un primer sorbo en la mañana y a veces esperamos la caída de la tarde para tener de nuevo un punto de reunión con ese aroma maravilloso con el que todos siempre alguna vez miramos fijamente la taza y nos ponemos a divagar, ¿a usted le ha pasado?

O también alguna vez pensaste el tiempo que tu amigo te dedica al visitarte, al reír contigo, aconsejarte y hasta regañarte, porque los amigos de verdad sí regañan, ¡eh!... tengo algunas que se pintan solas esos bellos sones.

Lo cierto de todo es que la mayoría de nosotros siempre tenemos un café pendiente, algún amigo, algún amor que no pudo ser, esa plática que decidiste no tener con tu madre para no afrontar la regañada o simplemente tu café se enfrió y ya no lo tomaste.

Tiempo hay mucho y vida poca, no permitas que el trajinar de los días te abrumen y con ello sólo veas la vida pasar, porque en realidad lo único que nos quedamos son esos sabores y momentos que sentimos al disfrutar, ya sea solos o acompañados, el amor, un viaje, la risa, la confidencia, el silencio… O sólo el momento único de ¡no dejar nada pendiente!

Se acercan los días en el vecino país de dar gracias y yo quiero dar gracias ahora, a ti que siempre tienes el café listo para compartir con quienes amas y te aman, es una muestra de afecto y una manera increíble de disfrutar la vida Por lo pronto usted y yo tenemos un café pendiente, ¡por favor, pongamos fecha pronto!

 

CARMEN PALACIOS

La autora es chef y comunicadora. mikafundacion@gmail.com