Los dueños de la verdad

Los dueños de la verdad, escribe Ricardo Homs en #ColaboraciónEspecial

El enfrentamiento que se ha dado entre nuestro Presidente -secundado por Morena-, y en contraposición quienes defienden un proyecto diferente al presidencial, muestra que desde la cúspide del poder se considera que la “verdad ya tiene dueño”. México es el único país del mundo donde ya se instituyó el “ministerio de la verdad”, que describió George Orwell en su novela titulada “1984”.

Esta novela política de ficción escrita por Orwell en 1949 describe a un gobierno totalitario y vigilante, que desde la visión futurista gobernaría al mundo en el año 1984 a través de sólo cuatro ministerios -equivalentes en nuestro modelo político a secretarías de estado-, y uno de estos era el de la “verdad”, que se encargaba de desenmascarar la mentira manipulando la historia para que coincida con la versión oficial.

Nuestra versión autóctona del “ministerio de la verdad” cada semana nos ilustra respecto a qué es verdad y qué es mentira de lo publicado en medios impresos, así como de lo que fue difundido en noticieros y redes sociales durante los últimos días. El artículo 123 del Código Penal Federal define que la traición a la patria requiere de un juicio político y que “no procede juicio político por la mera expresión de ideas”.

Por tanto, etiquetar a los legisladores que no votan a favor de las propuestas del Presidente como traidores a la patria significa no respetar el ejercicio de las atribuciones propias del cargo legislativo. La simple mención de la pena de cárcel para los traidores a la patria expresada durante una de las famosas “mañaneras”, representa una presión sicológica contra las bancadas de la oposición. Los señalamientos desde la cúspide del poder representan un riesgo cotidiano de que grupos fundamentalistas afines a la 4T agredan físicamente a los señalados.

La forma en que se exhibió con nombre y fotografía a los legisladores que votaron en contra de la reforma eléctrica, representa una estrategia de acoso político. A los apasionados promotores de la historia de México se les olvida la vergonzosa crónica de la tortura y asesinato del senador de la República Belisario Domínguez, brillante orador y adversario del dictador Victoriano Huerta, quien durante la noche del 7 de octubre de 1913 fue secuestrado por colaboradores del tirano y llevado al cementerio de Xoco, en Coyoacán, donde fue torturado y asesinado.

La leyenda -por no estar comprobada ni documentada fehacientemente- narra que antes de matarlo fue llevado con el médico Aureliano Urrutia Sandoval -su enemigo político-, quien en un quirófano le cortó la lengua y se la envió como trofeo al presidente Victoriano Huerta. Este brutal asesinato inició el declive que cristalizó con la destitución de Victoriano Huerta.

Hoy Belisario Domínguez es el símbolo de la lucha por defender la libertad de expresión, actualmente tan agredida y vulnerada desde el poder político. El acoso a personas y a las ONG -a quienes se presenta ante la opinión pública como indeseables o traidores a la patria-, debe tener consecuencias jurídicas, sea quien fuere el agresor verbal.

Monreal

Ricardo Monreal es uno de esos raros políticos que pueden construir acuerdos en un país donde el gen autocrático impide escuchar al interlocutor. Recientemente criticó la campaña de sus correligionarios de la 4T contra diputados que no apoyaron la reforma eléctrica, argumentando: “no me dejan espacio para construir acuerdos”. Con mucha sensibilidad política agregó: “Yo fui opositor… y fui maltratado y ahora que soy mayoría no hago lo mismo con la oposición, los respeto y los escucho, los atiendo, aunque no coincida con ellos. Pero respeto lo que dicen y su verdad debe ser expresada”, recalcó.

Carlos Navarrete, perredista que en esa época presidía el Senado de la República, me expresó que para él su mayor capital político era la confianza, la cual le aseguraba credibilidad para construir acuerdos con la oposición. ¿A usted qué le parece?

Ricardo Homs

@homsricardo

Presidente de la Academia Mexicana de la Comunicación