Actualización sobre Ucrania: la guerra de nervios

Actualización sobre Ucrania: la guerra de nervios, escribe @maurimm en #ColaboraciónEspecial

Las tensiones al respecto de Ucrania siguen escalando tras el fracaso de las negociaciones entre Rusia y Occidente la semana previa. En todo este escenario, Bielorrusia está jugando un rol crucial y vale la pena añadir esa pieza al análisis. Van unos apuntes al respecto.

1. Resumiendo, podríamos decir que desde hace muchos años Putin ve con mucha preocupación la expansión de la OTAN en la esfera de seguridad rusa. Moscú pretende demarcar un espacio de influencia que incluye, pero que no se limita a Ucrania, en el que la OTAN no debe tener actividad.

2. De su lado, la alianza atlántica, encabezada por Washington, se niega a acceder a cerrar sus puertas a nuevos miembros como, potencialmente, Ucrania —estados soberanos que, en su óptica, deben tomar sus propias decisiones— o por supuesto, a dejar de tener actividad en cualquiera de sus estados miembros aún si estos tienen frontera con Rusia.

3. Dos temas parecen estar quedando claros: el primero, la diplomacia no ha sido eficaz para acercar estas posturas. El segundo: Putin ha concluido que su posición económica, geopolítica, y su relación con China entre otros factores, le permitirán absorber cualquier sanción que se le imponga.

4. Como consecuencia, el Kremlin está buscando comunicar sus opciones. La primera, sin duda, una invasión total, frontal y masiva. Esto ha sido telegrafiado mediante un incremento incluso mayor en la movilización de tropas y equipo en las fronteras con Ucrania.

5. Esta semana Rusia abrió un cuarto frente contra Ucrania, enviando tropas a Bielorrusia, que, en teoría, participarán en ejercicios militares conjuntos durante el mes de febrero, denominados "Resolución Aliada".

6. No olvidemos que a lo largo del conflicto ucraniano que corre desde 2014, Lukashenko, presidente bielorruso desde 1994, había fungido como mediador. En cambio, ahora podría incurrir en un potencial acto de guerra contra Ucrania prestando su territorio.

7. Para entenderlo, hay que recordar que, en 2020, tras las cuestionadas elecciones en Bielorrusia en las que Lukashenko se declaraba ganador, hubo un enorme movimiento social. La brutal represión a ese movimiento resultó en sanciones contra Bielorrusia por parte de Europa y EU, y el aislamiento diplomático de Minsk. El presidente bielorruso acudió a Putin por ayuda y respaldo. Así que esa alianza estratégica se fue estrechando.

8. Aún así, estos días han sido importantes para comprender algunas de las otras alternativas con las que Putin cuenta, lo que incluye ciberataques masivos, opciones económicas para castigar a Europa como, por ejemplo, limitar el suministro del gas, u opciones híbridas mediante las que Moscú podría reactivar o incrementar la actividad de la rebelión separatista del este ucraniano.

9. Moscú, por su parte, ha estado expresando que no tiene ninguna intención de invadir. En cambio, se ha mencionado que otra de las opciones del Kremlin incluye el despliegue de misiles nucleares hipersónicos en la proximidad de EU. Es decir, existe un verdadero abanico de alternativas para Rusia, algunas a la vista, otras menos.

10. En suma, si tuviéramos que decir qué busca Putin mediante su indefinición y su exhibición de tantas opciones paralelas, la respuesta está probablemente justo en lo que estamos viendo: un incremento del nerviosismo, una guerra psicológica a través de la cual se producen confusiones, tensiones, fracturas entre países occidentales y al interior de sus propias sociedades acerca de si se está respondiendo adecuadamente ante Moscú. Esta elevación de tensiones consigue al mismo tiempo fortalecer su determinación y con ello su postura al exigir concesiones, y debilitar a sus contrapartes.