Molesta la crítica al Presidente

Cada vez preocupan más las agresiones y calificativos verbales que con frecuencia emite el presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de aquellos medios de comunicación que lo critican y cuestionan.

De entrada hay que decir que hay un mundo de diferencia entre la crítica de un candidato presidencial a la de un jefe del ejecutivo y más en México en donde la opinión del primer mandatario se llega a interpretar como una orden para sus subordinados.

Se trata al parecer de una constante que también ocurre en otras democracias, incluso del primer mundo como Estados Unidos donde un día sí y el otro también el presidente Donald Trump arremete contra los medios liberales ante la supuesta difusión de las llamadas “fake news”.

Sin embargo, la relación prensa-poder en el vecino país es sumamente distinta a la de México en donde el derecho de cualquier periodista o ciudadano a expresarse libremente se respeta de manera amplia y casi absoluta.

La semana pasada el diario Reforma mostró su inconformidad porque sus principales accionistas –Alejandro Junco de la Vega y su esposa Rosa Laura—fueron citados por el SAT para explicar una diferencia en el pago de impuestos de apenas 12 mil pesos.

Este hecho podría verse como una simple pifia o exceso por parte de la autoridad tributaria, sin embargo la propia autoridad se exhibió al explicar que se trataba “de un nuevo programita” para acercar a los contribuyentes de manera espontánea, pero sin tratarse de una figura legal.

Al día siguiente en su conferencia mañanera, el presidente López Obrador tronó contra los directivos de Reforma al señalar que era una total falsedad considerar dicho incidente como una intimidación por parte de su gobierno.

“Es ofensivo” que hablen de una intimidación, dijo AMLO al reconocer que “tenemos diferencias con el Reforma, pero no vamos a perseguir a nadie”.

Preguntamos: ¿no habría sido más fácil explicar el motivo del citatorio y en todo caso pedir una disculpa a los contribuyentes?

En México los periodistas y medios de comunicación hemos vivido durante décadas el constante acoso por parte de las autoridades, los grupos políticos y en las últimas décadas el feroz hostigamiento por parte del crimen organizado.

Por ello la más leve señal de amenaza por parte de los gobernantes despierta suspicacias, recelos y temores.

En tiempos de la hegemonía priista se vivió de todo: cierres de medios, bloqueos publicitarios, suspensión del suministro de papel, agresiones físicas, campañas de desprestigio, etcétera, etcétera.

La libertad de expresión estaba muy limitada y sujeta al capricho de los gobernantes en turno.

En los últimos tres sexenios la relación prensa-gobierno mejoró significativamente aunque se cometieron graves pecados como la salida inducida de Carmen Aristegui del MVS y sin olvidar la pasmosa impunidad que ha envuelto a los crímenes contra comunicadores.

Por ello debe preocuparnos que López Obrador se refiera a los medios críticos con calificativos de “prensa fifí” y además los tache de conservadores y de hipócritas, entre otros adjetivos despectivos.

Un presidente que descalifique a medios establecidos porque tienen tal o cual corriente no resulta constructivo para una democracia.

Los gobernantes están para gobernar y no para fustigar a sus críticos y menos cuando se trata de medios de comunicación serios y de prestigio.

¿O acaso se va a comenzar a restringir la libertad de expresión como sucedió en los regímenes totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua?

¿Va a seguir AMLO el modelito de los dictadores que buscan controlar a los medios para perpetuarse en el poder?

Obviamente nuestro país se cuece aparte y los mexicanos no vamos a permitir llegar a tales extremos, pero tampoco podemos tolerar actos autoritarios que inhiban el sagrado derecho que todos tenemos a expresarnos con libertad y sin cortapisas.

Noticias, noticias…

De nuevo la senadora sonorense Lilly Téllez mostró su valor ciudadano al defender abiertamente el derecho de los mexicanos a la vida y cuestionar a partidos como Movimiento Ciudadano que están a favor del aborto. 

Queda claro que la agenda liberal de Morena no podrá imponerse cuando sus propios miembros no la avalan...

Vaya escándalo que viven los vecinos yanquis ante las acusaciones contra artistas y celebridades que pagaron jugosos sobornos para que sus hijos llegaran a universidades de prestigio, entre otras la Universidad del Sur de California (USC).

Allá también, pues, se compran los títulos solo que a base de cañonazos de hasta un millón de dólares.

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