Andrés Manuel se salió con la suya
Concluyó la polémica consulta popular sobre el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México con un resultado previsible, pero por demás controversial y criticado por los sectores productivos del país.
Se puede estar de acuerdo o no en el aeropuerto de Texcoco cuyo avance de obra alcanza un 30%, pero lo que no se vale es cancelar un proyecto de tales dimensiones a través de una consulta ilegal y evidentemente sesgada.
Aquí lo dijimos, el aeropuerto de Texcoco tiene infinidad de deficiencias y sobre su construcción pesan muchas sospechas de corrupción, sin embargo, no es una decisión profesional ni política detenerlo a través de apenas un millón de votos de ciudadanos.
Andrés Manuel López Obrador debió cancelar esta accidentada votación para tomar en su momento, una vez en el poder, una decisión firme sobre el futuro del NAIM.
Una decisión basada en factores técnicos, económicos, ecológicos e incluso de carácter social.
AMLO y su equipo debieron suspender o continuar la magna obra una vez asumido el poder y cuando completaran los estudios correspondientes desde las más diversas perspectivas.
Algunos periodistas ingenuos como el que esto escribe, pensamos que López Obrador lanzó la consulta para que ganara la opción de Texcoco y así desentenderse de su promesa de campaña de parar las obras e iniciar una nueva terminal aérea en la base militar de San Lucía.
Lamentablemente fue todo lo contrario, se puede observar con claridad que la organización, desarrollo y resultados de la consulta estaban 100% encaminados a que los ciudadanos que votaran –un pequeñísima minoría— lo hicieran a favor de la base militar y en contra del proyecto faraónico de Texcoco.
Ahora hay que esperar las consecuencias de este fallo que deja muy en claro la orientación que tendrá el gobierno de López Obrador: populista y poco profesional.
Sus recientes comentarios sobre lo que ha llamado “la prensa fifí” y sobre el proyecto incipiente de Santa Lucía, demuestran que volveremos a los tiempos de la improvisación y la demagogia, cuando era más importante quedar bien con un sector de la población sin importar los daños económicos, políticos y sociales.
Por lo pronto la Bolsa Mexicana de Valores registró el lunes por la mañana una fuerte caída mientras que el dólar superó los veinte pesos en su cotización de ventanilla.
Es cierto, México no es únicamente un nuevo aeropuerto ni tampoco podemos comparar esta situación a la de diciembre de 1994, no obstante, se trata de una compleja decisión que muy seguramente desencadenará efectos negativos cuando ni siquiera López Obrador ha tomado posesión de la Presidencia de la República.
Y todo esto ocurre cuando miles de migrantes cruzan el país rumbo a la frontera con Estados Unidos en donde serán recibidos por varios miles de militares norteamericanos.
¿Será la tormenta perfecta para desencadenar una nueva crisis sexenal?
Por el bien de México esperemos que esto no ocurra y que antes de treinta días surjan alternativas para superar el vendaval.
Estamos a tiempo.
Noticias, noticias…
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José Santiago Healy
jhealy1957@gmail.com
