En riesgo, el proyecto faraónico de Peña

Resulta un tanto sospechoso el reciente alud de críticas en contra de la consulta del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, pomposamente llamado NAIM por sus siglas.

Desde su arranque dicho plan faraónico del gobierno de Enrique Peña Nieto nació con el pie izquierdo y ha caminado torpemente en medio de fétidos olores y sabores.

La sospecha viene porque son demasiados los periodistas y comunicadores que han magnificado el proyecto y que lo defienden como si se tratara de la octava maravilla del mundo.

Consideramos que una infinidad de defectos pesa sobre el nuevo aeropuerto, entre ellos los siguientes:

Se erige en Texcoco, un lugar lejano a la ciudad de México que cuenta con un suelo arenoso que requerirá pilotes extras para su construcción, además que afectará la ecología de la zona, tal como lo acreditan varios investigadores.

El NAIM es un proyecto que favorece el centralismo y con ello la concentración de riqueza y empleos en el centro de México, en perjuicio del resto de la república.

Curiosamente el presidente Peña Nieto seleccionó a su estado natal como sede del nuevo aeropuerto para seguir favoreciendo los intereses de sus amigos y colaboradores.

La supuesta necesidad imperiosa del llamado “hub” aéreo en la ciudad de México para incrementar las conexiones internacionales y el turismo al país, representa un mito total.

Con la mitad de lo que se pretende invertir en el NAIM se podrían promover varios “hubs” aéreos en México que ofrecen más ventajas turísticas y que además desconcentrarían a la capital azteca abrumada por el tráfico, la contaminación y la sobrepoblación.

Tales “hubs” serían posibles en Cancún -de hecho ya es un centro importante de conexiones internacionales-, Monterrey, Tijuana, Los Cabos, Guadalajara y Acapulco, entre otros.

La tendencia mundial no es construir megaaeropuertos en las grandes ciudades, sino promover varias terminales que permitan descongestionar el tráfico aéreo y el vial.

Ni Nueva York ni Los Ángeles cuentan con los aeropuertos más grandes del vecino país. La urbe de hierro tiene tres terminales: John F. Kennedy, La Guardia y Newark, mientras que en Los Ángeles están LAX Internacional y John Wayne en el condado de Orange, entre otros regionales.

El aeropuerto más grande de Estados Unidos está en Atlanta, Georgia, un gigantesco “hub” aéreo que no está en el centro ni en una ciudad monstruosa. Miami es otra terminal internacional muy importante lo mismo que Chicago que también cuenta con dos puertos aéreos: O’Hare y Midway.

¿Por qué entonces insistir tozudamente en construir un solo aeropuerto en una ciudad tan complicada y monstruosa como la CDMX en lugar de contar con varias terminales? Ojalá no sea una meditada estrategia para controlar de pe a pa a la industria aérea nacional.

Por todo lo anterior creemos que a estas alturas es innecesaria la consulta que organiza el gobierno entrante de López Obrador para decidir el futuro del NAIM.

En todo caso, tocará a AMLO como presidente tomar en su momento una decisión sobre la viabilidad de un costosísimo proyecto que hasta lo que ahora vemos beneficiará principalmente a grupos políticos del Estado de México y a los oligopolios del sector aeronáutico.

Al pueblo mexicano le da lo mismo llegar a los aeropuertos actuales de Toluca y México, siempre y cuando los servicios que ahí brinden sean eficientes, económicos y seguros.

Pero si se va edificar un aeropuerto colosal solo para acumular ineficiencias, corrupción, inseguridad y mal servicio en el mismo, mejor que ni lo construyan.

La mejor salida será cancelar la actual consulta y que López Obrador y su equipo tomen en su momento la decisión de cerrar o continuar con la obra del NAIM. Pero preguntar al ciudadano sobre un proyecto que conoce poco y que ya se inició resulta inoportuno y tramposo.

Es distinto al caso del Tren Maya, a todas luces se hace necesario realizar ahí una consulta entre los habitantes de los estados donde operará, sólo ellos deben tener el poder de decidir previamente la realización de una obra tan importante.

Noticia final
Una nueva caravana de dos a tres mil inmigrantes hondureños que viaja hacia Estados Unidos, irritó al presidente Donald Trump quien advirtió que cortará la ayuda a los países que faciliten estas prácticas… En tanto, López Obrador no se midió al ofrecer visas de trabajo para los centroamericanos que lleguen a México.

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