Un día sin celular

La mañana fue de locos, levantarse a las 5:30 am, bañarse, vestirse y salir corriendo con rumbo a San Luis Río Colorado a una cita de trabajo a las 9 am.

Luego de veinte minutos de carretera nos dimos cuenta del terrible olvido: dejamos el celular en casa y no había manera de recuperarlo.
Regresar por el implicaba perder casi una hora y llegar tarde a la reunión. La ansiedad y desesperación nos invadió de pies a cabeza.
¿Cómo podríamos realizar un viaje de trabajo durante todo un día sin teléfono celular? ¿Y si ocurre una emergencia, cómo podremos reportarla? ¿Y qué tal si un familiar sufre un accidente y nadie puede localizarnos?
A punto estábamos de tomar un calmante para apaciguar los nervios cuando por fortuna recordamos que llevaba una tableta electrónica en mi maleta con la cual podría comunicarme con el resto del mundo, al menos vía “texting” y correo electrónico.

La desesperación disminuyó y a la primera oportunidad detuve mi auto para sacar la tableta y tenerla lista ante cualquier eventualidad.
Sin embargo, la tranquilidad fue efímera, pronto recordé que este aparato electrónico no recibe llamadas telefónicas ni tampoco mensajes por “whatsapp”.
¿Podré mantener la calma durante el día entero a sabiendas de que no podré ser localizado por teléfono y que además perderé decenas de mensajes de mis contactos y grupos de “whatsapp”? 
Ni hablar, tuve que ser fuerte y entender que la tecnología no debe dominarnos y a mis 61 años recordé que nací en una cultura casi rural por lo cual no podía vivir y estar sometido a los adelantos de esta apabullante era digital y electrónica.

Mientras avanzaba en el trayecto mi ansiedad fue bajando lentamente hasta que de pronto entré en una profunda sensación de paz y serenidad.
Comencé a analizar con calma mis proyectos personales y profesionales, algunos atrasados otros paralizados por el acelere de la vida diaria. Recordé también a muchos amigos y familiares que tenía tiempo sin frecuentar. Y finalmente vinieron a mi mente uno a uno mis hijos, sus planes y sus proyectos en marcha.
El camino de casi tres horas se fue volando, a la mitad del mismo me di cuenta que había tenido tiempo para pensar y reflexionar como pocas veces en mi vida, sin la molesta interrupción de una llamada telefónica o un mensaje de “whatsapp”.

Llegué a mi destino a buena hora y aunque me sentía como un vaquero sin pistola, nadie advirtió el olvido de mi celular. Durante el día utilicé en alguna ocasiones el correo electrónico de mi computadora y solo en dos ocasiones tuve necesidad de “textear”.
La falta del celular y “whatsapp” permitió concentrarme mejor en las reuniones del día, en lugar de voltear constantemente a la pantalla del celular para responder una llamada o un mensaje, pude ver a los ojos de las personas reunidas y escuchar con más atención sus opiniones, comentarios y sugerencias.
Cuando por la tarde regresé a mi casa, me percaté que había disfrutado la ausencia del celular. No tuve que responder llamadas innecesarias, tampoco atender a vendedores y menos mortificarme por poner comentarios intrascendentes en los grupos de “whatsapp”.

Con decirles que tuve tiempo de rezar y de disfrutar por largo tiempo un atardecer bellísimo de octubre. 
Confieso que me sentí muy feliz por haber aguantado tantas horas sin celular, fue una sensación similar a la del alcohólico o el drogadicto que ha logrado dejar la adicción por un largo tiempo.
De pronto al entrar en mi recámara divisé a lo lejos mi celular, todavía con batería. Advertí que me sonreía como invitándome a tomarlo. Preferí ignorarlo, a final de cuentas ya estaba en casa, sin emergencias ni accidentes que lamentar y con la experiencia maravillosa de vivir un día sin ese aparato adictivo y enajenante llamado celular.

Noticias, noticias…
Se vinieron fuertes las críticas ayer lunes al presidente electo Andrés Manuel López Obrador luego de que su vocero anunció la famosa pregunta sobre la consulta del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Ya son en realidad cuatro aeropuertos a debatir: el actual, el de Toluca, el de la base aérea de Santa Lucía y el de Texcoco, en construcción. El NAIM tiene fallas en su presupuesto y seguramente hay grandes negocios detrás del proyecto, ¿pero realizar una consulta cuando ya lleva más del 30% de avance?… Queda claro que el comercio electrónico avanza día con día, la empresa líder del ramo Amazon es la número uno en valor a nivel mundial mientras que varias departamentales están en crisis, ayer la cadena norteamericana Sears se declaró en bancarrota y anunció el cierre de 142 tiendas en lo que resta del año.

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