Llueven promesas de AMLO en Sonora

Al igual que el general y cónsul romano Julio César hiciera famosa la frase “Veni, vidi, vici”, hace más de dos mil años, Andrés Manuel López Obrador puede proclamar ahora la misma expresión en español “Vine, vi y vencí”, luego de su gira maratónica por Sonora.

Como en los tiempos de los caudillos, el tabasqueño recorrió por tierra buena parte del territorio sonorense para estrechar muchas manos, abrazar a sus electores, realizar infinidad de promesas y de paso congraciarse con las autoridades estatales y locales.

Sin duda López Obrador conoce muy bien su trabajo a la hora de atraer simpatías. El político tiene arrastre y según los que anduvieron cerca no hubo necesidad de acarrear gente como en el pasado.

AMLO demostró en esta ocasión estar dispuesto a eliminar las “visitas de doctor” de los presidentes de la República que se generalizaron en México a partir del gobierno de Miguel de la Madrid.

Antes los presidentes dormían cuando menos un par de noches en entidades como Sonora cuya extensión requiere tiempo extra para recorrerla y para supervisar las necesidades de la población.

Luis Echeverría se pintaba solo en este aspecto. Como candidato presidencial pasó varias noches en Sonora, incluso celebró un año nuevo en Cananea con los mineros.

Ya como Presidente recibió en Nogales al presidente norteamericano Gerald Ford para después llevarlo a Magdalena en lo que ha sido la única visita a Sonora de un mandatario del vecino país del norte.

Una noche antes, la demagogia de Echeverría cobró fama cuando ya entrada la noche decidió trasladarse con el gabinete en pleno a Naco, ante el panorama desolador que había presentado el alcalde en una reunión de evaluación.

Aquella ocurrencia concluyó en la madrugada siguiente a muy pocas horas del arribo de Ford a suelo mexicano.

López Obrador dejó también muestra de que se puede viajar por tierra y que no necesita jets fastuosos para cumplir su responsabilidad.

Estamos de acuerdo con sus críticos de que tarde o temprano tendrá que habilitar una nave para las giras presidenciales, pero pensamos que deshacerse del ostentoso Boeing 787, mejor conocido como el Dreamliner, es imperativo para dejar en firme su política de austeridad.

AMLO no tuvo empacho en continuar con sus promesas de campaña: en San Luis Río Colorado anunció tres nuevas universidades y garantizó trabajo para 45 mil “ninis” sonorenses. En Nogales prometió regresar cada seis meses y reiteró la reducción del IVA al 8% y del ISR al 20%.

En Hermosillo fue insólita su visita al despacho de la gobernadora Claudia Pavlovich con quien parece haber establecido una sólida relación política. También inaudito fue el presídium de la reunión en Palacio de Gobierno en donde se sentaron, cuerpo a cuerpo, acérrimos rivales de la reciente campaña: AMLO, Claudia Pavlovich, Alfonso Durazo, Célida López, Lilly Téllez y Natalia Rivera. Impensable una reunión de tal naturaleza antes del 1 de julio.

Finalmente hay que destacar dos pronunciamientos de López Obrador que esperamos sean sinceros. El primero fue su condena al nepotismo en la nómina oficial que tanto daña a los gobiernos, tendrá que poner el ejemplo porque sus tres hijos, entre otros cercanos familiares, no están lejos de ser incluidos de los planes oficiales.

El segundo fue la inseguridad, López Obrador se comprometió a combatir este complejo fenómeno que agobia a Sonora, aunque no anunció acciones concretas. Hay esperanzas de que la gestión del sonorense Alfonso Durazo, en la Secretaría de Seguridad, redunde en medidas prontas y efectivas contra la violencia en la entidad.

Fueron, pues, tres días de halagos, elogios, compromisos, risas y abrazos, ya veremos si a partir del 1 de diciembre cumple sus promesas y si repite con frecuencia estas giras o por el contrario regresamos a las fugaces visitas de doctor.

Noticias, noticias…
Mientras en Nogales el déficit de la administración municipal asciende a 500 millones de pesos, en Hermosillo supera los 800 millones de pesos, según declaró la alcaldesa Célida López… La pregunta obligada es: ¿cómo solucionar estos desfalcos que se han hecho costumbre en Sonora y en México sin que las autoridades paguen por su irresponsabilidad?

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