Las omisiones del informe de AMLO

Las omisiones del informe de AMLO, escribe @joseshealy en #Actitudes.

Es por demás, habíamos abrigado esperanzas de que Andrés Manuel López Obrador utilizara su Segundo Informe de Gobierno para retomar el rumbo del país, pero nos equivocamos una vez más.

El mandatario aseguró que su principal legado “será purificar la vida pública de México” y que ya se acabó la robadera de los de arriba.

Pero de los contratos sin licitaciones y de las empresas consentidas del sexenio no dijo ni pío.

Asentó que “la austeridad republicana es una realidad”, que “ya no hay lujos en el Gobierno y todo lo que se ahorra se destina a conseguir el bienestar del pueblo”.

Sin embargo, omitió mencionar los altos gastos de mantenimiento del avión presidencial, así como la caída estrepitosa de la economía que representa miles de millones de pesos para el Gobierno y los mexicanos.

López Obrador no tuvo empacho en presumir que “en el peor momento contamos con el mejor Gobierno. Estamos enfrentando dos crisis… y vamos saliendo adelante”.

Una vez más despreció hablar de las cifras dramáticas, en especial los 65 mil muertos por la pandemia y ni pío sobre los escándalos de su administración, entre renuncias, intrigas y la evidente descoordinación.

El Presidente de la República se vanaglorió de no haber emprendido un rescate económico elitista y en cambio apoyar a 23 millones de familias de manera directa sin intermediarios.

Empero olvidó mencionar que más de dos millones de mexicanos permanecen sin empleo y 4.2 millones más están subocupados, es decir, realizan trabajos de tiempo parcial.

López Obrador aseguró que tres millones de agricultores y pescadores reciben recursos del Gobierno además de fertilizantes gratuitos, pero una vez más ni pío dijo sobre el incremento o descenso de la producción agropecuaria y pesquera en el país.

La cancelación de la Reforma Educativa que tanto esfuerzo costó llevarla a cabo, fue destacada por el mandatario, aunque no expresó media palabra sobre la calidad de la educación y los programas o esfuerzos para llevar a México a otro nivel de enseñanza.

López Obrador se paró el cuello al anunciar un incremento de 10% en el envío de las remesas de los paisanos a México en beneficio de 10 millones de mexicanos.

Olvidó el tabasqueño aclarar que ello se debe a los recursos recibidos por el Gobierno de Donald Trump y a la demanda de las familias mexicanas por la gravedad de la crisis.

En este informe no se peleó con los hombres del dinero y los reconoció porque “la mayoría no despidió a sus empleados”, porque aceptaron aumentar en 20% el salario mínimo y aportar más para pensionar mejor a los trabajadores.

Pero ni una palabra sobre sus constantes ataques a la clase empresarial por cuestionar en repetidas ocasiones sus políticas.

Menos mal que ponderó la entrada en vigor del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá que su Gobierno recibió prácticamente negociado, pero que a decir verdad es en estos momentos la principal palanca contra la crisis económica.

López Obrador destacó el éxito de su encuentro con Donald Trump en Washington, empero nada agregó sobre su rechazo a entrevistarse con otros jefes de estado.

A diferencia de lo expresado semanas atrás, el tabasqueño aseguró que “estamos avanzando en el combate a la delincuencia”, presumió que bajó el número de secuestros, feminicidios y robos en hasta 30% que bien se explica por la pandemia, pero ignoró abundar sobre el delito más grave y sentido que es el homicidio doloso y que el pasado mes de agosto rompió todo récord al registrarse un promedio diario de 100 asesinatos.

Finalmente, el Presidente mexicano prefirió no tocar el escándalo de corrupción del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, que tanto explotó en las últimas semanas.

Quizás por lo mismo ni pío dijo sobre el video donde aparece su hermano recibiendo recursos de manera ilegal para Morena.

Es por demás, no vemos cómo pudiera llevarse a cabo la cacareada transformación de México.

Noticia final…

Hay que aplaudir la eliminación del fuero en delitos electorales, de corrupción y otros considerados graves para el Presidente en funciones que fue aprobada por la Cámara de Diputados.

Sin embargo, en el caso de la consulta para juzgar a los expresidentes, todo parece indicar que se trata de una movida política-electoral más que un asunto de Derecho y fuero.