Nubarrones se ciernen sobre Hermosillo

Un fin de semana largo en Hermosillo es suficiente para advertir el crecimiento de la zona conurbada y del empuje económico que esta capital ha registrado a lo largo de los últimos diez o quince años.

Edificios nuevos por doquier, centros comerciales, fraccionamientos de reciente construcción, avenidas saturadas de autos, flamantes hoteles y restaurantes que colocan a la ciudad entre las más modernas de México.

Sin embargo, como originario del querido Hermosillo y con el olfato periodístico que todavía conservamos, advertimos nubarrones en el horizonte que esperamos no se conviertan en tormentas ni huracanes.

Ya lo hemos escrito aquí y lo volvemos a señalar: la inseguridad es en estos momentos el talón de Aquiles que no se debe desatender, por el contrario debiera ser la gran prioridad de las autoridades y la sociedad como en otros tiempos fue el abasto de agua, la vivienda y la vialidad.

Ciudad Obregón ya se salió del control de los encargados del orden al grado que muchos habitantes comienzan a emigrar a otros poblados en busca de tranquilidad y fuentes de trabajo.

No queremos por supuesto que esto le ocurra a Hermosillo, aunque no estamos lejos de que se repita esa lamentable experiencia.

Sin seguridad no existe confianza en la población y sin ella no hay inversiones ni ánimo de emprender nuevos negocios y proyectos.

Y sin negocios no habrá fuentes de trabajo, a querer o no ya se percibe un frenón económico que esperamos no se profundice.

Una de las razones de la contracción económica es la ineficacia del gobierna de AMLO, pero otra más es la espiral de violencia que envuelve a Sonora.

Un oriundo de Agua Prieta comentaba que dejó su tierra hace diez años por la violencia y falta de oportunidades.

Una década después dice que las cosas van de mal en peor porque aquella zona fronteriza se ha convertido en tierra controlada por la delincuencia organizada.

Para colmo enfatiza que en Hermosillo no ha encontrado en meses recientes las oportunidades que alguna vez le brindó nuestra ciudad.

Derivado de lo anterior se observa el peligro de una recesión regional que podría ocasionar un largo periodo de estancamiento.

Ya lo hemos vivido en tiempos pasados cuando las cosas se complican a nivel nacional y en sectores que no han recibido la atención de antaño como el campo, la minería y los ayuntamientos, varios de los cuales han sido abandonados por la llamada cuarta transformación.

Hermosillo deberá cuidar al máximo su imagen en el exterior para que las inversiones en maquiladoras y proyectos de impacto no se contraigan como ya está ocurriendo al interior del país.

Hay que aprovechar la entrada del nuevo tratado comercial y la crisis comercial entre Estados Unidos y China para recuperar inversiones que tiempo atrás dejaron México en busca de las oportunidades que brindaba Asia.

Finalmente habrá que llevar con mesura y sensatez los tiempos políticos que se avecinan.

Un Sonora enfrentado y dividido afectará obviamente a la capital en todos los sentidos.

Hermosillo cuenta con un gran futuro, siempre y cuando se trabaje en armonía entre ciudadanos y autoridades como ha sido costumbre en sus mejores tiempos.

Noticias, noticias...

Por cierto que la sucesión del 2021 mantiene sin vida a buena parte de los sectores políticos y económicos: que si Alfonso Durazo será el candidato a gobernador por Morena o buscará “la grande” como lo hizo en sus tiempos Luis Donaldo Colosio; o si será reemplazado por Célida López o Ana Gabriela Guevara; que si Ernesto “Borrego” Gándara logrará finalmente su sueño de competir por el PRI; al tiempo que Antonio “Toño” Astiazarán y Ricardo Bours, por el PAN y Movimiento Ciudadano, respectivamente, darán su pelea o por el contrario dividirán el voto de la oposición...

Pero mejor agarren piedras porque esto apenas empieza.