Hunde a demócratas la absolución de Trump

Ante la exoneración de Donald Trump por parte del Senado norteamericano, parece inminente una debacle del partido Demócrata con miras a la elección presidencial.

Además de esta derrota ya esperada en el juicio político, los demócratas carecen en estos momentos de un líder sólido y confiable que los unifique y los lleve por un mejor camino.

El ex presidente Barack Obama se observa alejado de las lides políticas, quizás cansado de ocho años de duras batallas en la Casa Blanca.

El ex presidente Joe Biden, quien hasta hace unos meses se veía como el gran ganador de la candidatura presidencial demócrata, obtuvo un mal resultado en las primarias de Iowa que se consideran claves para alcanzar la ansiada postulación.

Bernie Sanders, el veterano senador de Vermont, se mantiene entre los aspirantes más destacados, pero sus posturas radicales y populistas lo alejan de los demócratas centristas y tradicionales.

Están surgiendo nuevas figuras en el partido de los Kennedy, Carter, Clinton y los Obama, sin embargo todavía es temprano para pensar en un líder que consiga aglutinar al partido Demócrata.

Pete Buttigieg, ex alcalde de South Bend de 38 años de edad, es una de las nuevas caras al igual que las senadoras Elizabet Warren y Amy Klobuchar de Massachusetts y Minnesota, respectivamente.

La táctica de realizar un juicio político en un asunto de carácter internacional no logró convencer a las mayorías de los votantes norteamericanos y menos a los senadores republicanos.

Que Trump haya presionado al presidente de Ucrania para que investigara al hijo de Joe Biden por presuntos actos de corrupción en aquel país, no se tomó como un hecho suficientemente grave como para provocar la remoción del inquilino de la Casa Blanca.

Además tales acciones no se consumaron y legalmente no queda claro si la intención de Trump fue meramente electoral o si pretendía aplicar la justicia en un ciudadano norteamericano sobre quien pesaban varias sospechas de corrupción.

Guardadas las proporciones es como exigir la destitución de Andrés Manuel López Obrador porque un día sí y el otro también arremete contra sus adversarios políticos –Calderón, Fox, Zedillo, Salinas, entre otros– con la evidente intención de hundirlos al tiempo que intenta levantar la imagen de su partido y su gobierno.

Francamente creemos que la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, equivocó la estrategia y los efectos se podrían ver el martes 3 de noviembre en caso que Donald Trump logre reelegirse por un segundo periodo de cuatro años.

Pelosi y los demócratas habían intentado realizar un juicio político contra Trump por su presunta complicidad en la intervención de Rusia en las elecciones del 2016 cuando Hillary Clinton fue derrotada en una cerrada votación.

Pero la investigación oficial que se realizó a lo largo de 22 meses ni siquiera comprobó que los rusos hubieran influido en la victoria de Trump.

Meses después surge el caso Ucrania en donde Pelosi se fue de bruces para intentar derrocar a Trump al tiempo que se convertía en una ardiente defensora de Joe Biden y su hijo Hunter.

Hoy Trump ríe feliz por los resultados a su favor del juicio político en tanto Biden pierde popularidad entre sus correligionarios en el arranque de las primarias.

La lucha política y electoral apenas ha comenzado, en estos momentos Trump y los republicanos se ven favorecidos para alcanzar la reelección, pero pueden todavía ocurrir muchos imprevistos de aquí al mes de noviembre.

Noticias, noticias…

Se armó esta semana una ardiente discusión a nivel nacional sobre la determinación de la Suprema Corte que establece que las pensiones del Seguro Social tendrán un tope de hasta diez salarios mínimos.

AMLO y sus voceros se apresuraron a aclarar que su gobierno no reducirá las pensiones que dicho sea de paso en México se manejan con una oscuridad impresionante.

Primero, pues, habría que contar con un sistema transparente para el cálculo y definición de pensiones para luego saber si el tope serán los 10 ó los 25 salarios mínimos.