Resulta muy difícil entender a AMLO

Cada día cuesta más trabajo y esfuerzo comprender las acciones del gobierno federal y de su principal representante, Andrés Manuel López Obrador.

Al cumplirse este jueves la primera semana del fallido operativo de Culiacán, todavía no tenemos una versión oficial completa y concisa de los hechos.

El presidente López Obrador prometió un reporte que se hará público, pero se han tardado demasiado en difundirlo cuando debió estar listo a las 24 o 48 horas del trágico incidente.

Entre tanto los funcionarios se han dedicado a justificar o minimizar la falta de planeación y la desastrosa ejecución del operativo y a colgarse la medalla por haber evitado una masacre.

Debe quedar claro que el levantamiento narco con el saldo rojo de 14 muertos, varios heridos, reos fugados y carros incendiados, fue por la pifia de las fuerzas de seguridad.

Si hubieran realizado el operativo con la efectividad necesaria, hoy estarían en la cárcel por lo menos uno de los hijos de JoaquínEl ChapoGuzmán junto con varios de sus sicarios y no se habrían presentado balaceras ni ejecuciones por parte de los malandrines.

El segundo suceso por demás lamentable de los últimos días se refiere a la represión que sufrieron alrededor de 300 alcaldes de municipios mexicanos que acudieron a protestar frente a Palacio Nacional por los recortes presupuestales que han sufrido por parte del gobierno federal.

Después de haber dejado libre al capo Ovidio Guzmán López, hijo menor del Chapo Guzmán; y de permitir a vándalos atentar contra comercios, bancos y edificios públicos en la ciudad de México semanas atrás, se esperaba que una manifestación agresiva de alcaldes frente a Palacio Nacional pasaría sin pena ni gloria.

Pero no ocurrió lo mismo, por el contrario las fuerzas del orden actuaron y rociaron de gas pimienta o lacrimógeno a los Munícipes, cuya única preocupación es que la Federación no recorte el presupuesto para la seguridad y la paz de miles de ciudades mexicanas.

Cuentan las reseñas periodísticas que los alcaldes subieron el tono de su protesta, pero aún así no se justifica tratarlos como alborotadores y menos cuando su causa es más que justificada.

Ya quisiéramos ver el escándalo mediático que López Obrador hubiera armado si uno de sus prolongados plantones del 2006 se hubiera dispersado a base de gases irritantes.

Pero como los presidentes municipales no eran de Morena, sino del PRI y del PAN, entre otros partidos, pues se aplicó “la ley a secas” como debió ocurrir con los a narcos y con la captura de Guzmán López a quien apodan “El Ratón” y tiene apenas 27 años de edad.

En tal sentido, López Obrador y su gobierno están aplicando a pie juntillas la máxima de Benito Juárez quien sostuvo que “a los amigos, justicia y gracia. A los enemigos, la ley a secas”.

En este espacio --usted ha sido testigo-- hemos sido críticos del actual régimen porque desde sus inicios ha demostrado poca efectividad en muchos asuntos, especialmente en algunos graves como son la inseguridad que sufre México y la economía que está a punto de caer a una recesión.

Creíamos, sin embargo, que conforme avanzara el tiempo, el primer mandatario y sus colaboradores aprenderían las lecciones y pronto veríamos un gobierno firme y efectivo.

Cuan equivocados estábamos.

Al ritmo actual y ante los deslices en Culiacán y ante las puertas de Palacio, solo queda pensar que la cuarta transformación no avanza y por el contrario el país se encamina a vivir uno de los peores regímenes de la historia reciente.

Lo más preocupante es que el hombre de Palacio además de ineficaz y demagogo, incrementa día a día su perfil autoritario y arrogante.

Y esas son las cualidades que menos necesitamos para un presidente en estos momentos.

Noticia final…

Ante la indignación nacional, un grupo de diputados federales, entre ellos el sonorense Javier Lamarque, solicitaron al Senado dar marcha atrás a la iniciativa de aumentar los costos en los derechos del agua en el agro.

También AMLO criticó la medida cuando estaba ya a punto de aprobarse…

Es muy posible que también la regularización de 18 millones de autos “chocolates” se suspenda ante los reclamos de la industria automotriz mexicana.

Algunos partidos insisten en legalizar estos vehículos que además de contaminar fueron introducidos de contrabando.

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