El desastroso operativo de Culiacán

Aunque las circunstancias son muy distintas, en ambos sucesos se evidenció la debilidad del aparato federal para enfrentar y vigilar a los capos del narcotráfico; la falta de coordinación entre los distintos cuerpos policiacos; la corrupción y filtración de información confidencial; y finalmente quedó demostrado el enorme poder del crimen organizado.

Este terrible y fallido operativo que obligó a soltar a Guzmán López se recordará en México por muchos años y sólo podrá ser olvidado y superado con la recaptura de este personaje que dicho sea de paso exhibió una poderosa organización al poner en jaque al estado mexicano por varias horas.

Por su parte, las autoridades mexicanas, al igual que ocurrió en aquel sábado 11 de julio en el penal de alta seguridad, hicieron el ridículo al no poder enfrentar la contraofensiva del narco que se levantó en armas y sitió a los elementos de la Guardia Civil y del Ejército Mexicano.

Que distintos aquellos operativos de la Marina mexicana cuando capturó a Joaquín “El Chapo” Guzmán en enero del 2016 en Los Mochis, Sinaloa, o cuando abatió a Arturo Leyva Beltrán en la ciudad de Cuernavaca, en diciembre del año 2009, y enfrentó con éxito a su banda criminal.

Pareciera ser este el debut y despedida para la Guardia Nacional que perdió una oportunidad dorada con esta grave pifia que puso en peligro las vidas de cientos de culichis que podrían haber sido ejecutados por la numerosa y desalmada mafia del cártel de Sinaloa.

Sorprende sobremanera que las autoridades estatales no hayan tenido información alguna sobre este operativo que pretendía capturar y luego extraditar a los Estados Unidos a Ovidio Guzmán, quien ya cuenta con un largo historial criminal.

Se habló también de que en esta acción se pretendía detener a Iván Archivaldo Guzmán, medio hermano de Ovidio y quienes supuestamente controlan la organización que les legó su padre, actualmente condenado a prisión perpetua en la cárcel de máxima seguridad en Florence, Colorado, Allende del Bravo.

Quedan muchas dudas y lagunas informativas, las autoridades mexicanas en especial la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que coordinó el operativo en Culiacán, tendrá que despejarlas y deslindar responsabilidades.

Por errores humanos y quizás por filtración indebida de información no se concretó una captura que habría significado para México y su gobierno un enorme reconocimiento internacional.

Por el contrario hoy en día el país es la comidilla y el hazmerreír en el extranjero. 

Quedó claro por voz del presidente López Obrador que el titular de la Secretaría de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño, no renunciará al cargo al menos por ahora.

Sin embargo, es de esperar que varias cabezas de mandos intermedios rueden en los próximos días porque alguien tiene que pagar los platos rotos del desastroso operativo policiaco.

Quién sabe porque pero el levantamiento narco en Culiacán con saldo de trece personas muertas, varias decenas heridas, veinte vehículos incendiados y balaceras por doquier, nos recordó a la Colombia de los 80 cuando Pablo Escobar y el cártel de Medellín desafiaron en varias ocasiones al gobierno de aquel país.

Por lo pronto ya sabemos que en Sinaloa quien manda es el cártel de los Guzmán y que no será fácil que el gobierno federal lo ponga en su lugar mientras continúe la política de “abrazos y no balazos” además de los operativos fallidos. 

Veremos si la 4T puede enmendar tan espantosa pifia.

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