Nuestros nuevos retos laborales e institucionales
El acelerado rompimiento de los paradigmas científicos y tecnológicos globales está provocando una reconfi guración del Nuevo Orden Económico Mundial, un escenario disruptivo que representa nuevos retos para los gobiernos, legisladores, empresas, y sociedad civil, cuya visión de conjunto deberá estar presente para atender inteligentemente la Cuarta Revolución Industrial y el Block Chain Economy, así como los futuros desarrollos de los ecosistemas digitales.
El mercado laboral del futuro requerirá de personas con habilidades, talentos y competencias cada vez más perfiladas para enfrentar las disrupciones científicas y tecnológicas con una mentalidad de resiliencia en benefi cio de la rentabilidad económica, social y sustentable. La empresa Hays y Oxford Economics elaboran el “Índice Global de Habilidades” para algunos países y en su reporte para el año 2018 determinaron que México empeoró debido a la ampliación de brechas en las habilidades requeridas por parte de las empresas, así como un incremento en las presiones salariales en las industrias de alta especialización.
Dicho reporte propone las siguientes recomendaciones: focalizar la inversión gubernamental en educación y capacitación para mejorar las habilidades digitales; asegurar que los trabajadores estén preparados para los cambios disruptivos en materia tecnológica; y, aceptar la diversidad en todos los espacios laborales, como modelos de negocios inclusivos.
Por su parte, la OCDE junto con la Fundación Santillana recomiendan desarrollar competencias formales e informales necesarias a lo largo de la vida, y usarlas de manera efi caz en el trabajo y en la sociedad; y, fortalecer la gobernanza de los sistemas de competencias por medio de instituciones gubernamentales sólidas que coordinen y ejecuten mecanismos de fi nanciamiento eficientes.
Hay tareas pendientes por resolver para enfrentar los retos de avances recientes, como la realidad aumentada, la inteligencia artifi cial, el internet de las cosas, las interfaces conversacionales, la robotización, entre otros. Por tanto, las instituciones educativas deberán diseñar y aplicar políticas coordinadas con las empresas y la sociedad, para ello, las leyes nacionales en materia de ciencia, tecnología e innovación tendrán que armonizarse a los nuevos contextos internacionales.
Joel Enrique Espejel Blanco
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Profesor-Investigador, Universidad de Sonora.