Los tatuajes
Hoy en día es común ver gente con tatuajes; en México se estima que 3 de cada 10 personas tiene alguna marca o dibujo en su cuerpo y que casi 12 millones de mexicanos tienen un tatuaje y la mayoría no sobrepasa los 20 años.
Tatuarse la piel es una costumbre que ya practicaba el hombre prehistórico, pero que fue redescubierto por los marineros. El tatuaje llegó a Occidente en 1769 con el capitán James Cook, ya que sus marineros tuvieron contacto con los indígenas, quienes les enseñaron el arte y a su regreso a Londres con él arribaba la palabra “tátau” que significa marcar o golpear dos veces (en referencia al método tradicional de aplicar los diseños o plantillas) de origen samoano y que signifi ca tatuaje -y también trajeron varios aborígenes que fueron puestos en ferias como atracción de circo.
Después de esto los marineros abrieron sus propios estudios, surgiendo así los “tattoo parlors” o salones de tatuaje. En 1846 se abre el primer estudio en Nueva York.
Thomas Edison desarrolló el primer prototipo de máquina para tatuar, pero fue el tatuador Samuel O’Reilly quien modifi có el diseño de Edison durante 15 años para crear la primera máquina de tatuaje eléctrica que patentó en 1891. Su máquina, uno de los diseños más populares utilizados hoy en día.
Los primeros en usar tatuajes fueron los convictos y los desertores; los nazis hacían tatuar a los judíos en los campos de concentración y los soviéticos en sus gulags siberianos, todo esto con fi nes similares al que se seguía en el marcado de ganado. Y así les dejo con un poco de historia para empezar.
Sin duda y para el gusto de muchos el tatuaje y su percepción ha cambiado con el paso del tiempo y ha dejado de ser algo propio de exconvictos y delincuentes y se ha convertido en algo meramente estético.
Ha pasado de ser un tabú a ser algo socialmente aceptado; claro, como en todo hay personas que aún tienen problemas con ello, pero cada vez es más la gente que lo ve como una manera de expresión, tanto artística como personal, cada vez son más quienes optan por contar o decirnos algo, o simplemente llevar como un diario o un continuo recuerdo de vida con lo que escogen cargar en su piel por siempre. Al final de cuentas es tu diario, es tu piel, es tu lienzo.
La autora es tatuadora con 10 años de experiencia Dueña de 7 vidas Tattoo Studio