Esta es la historia del Padre Kino
Durante el segmento de Sonora en el Tiempo 24/7, que se transmite cada martes en Expreso 24/7 con Marcelo Beyliss, el historiador compartió algunos datos de este importante personaje para la historia de Sonora.
Joaquín Robles Linares, el historiador encargado de compartir la cápsula con información histórica del estado hizo mención que el 15 de marzo se conmemora un aniversario luctuoso más del Padre Kino, quien falleció en 1711 en Magdalena de Kino.
“La historia de él es muy interesante, nació en el norte de Italia, pero creció con cultura alemana, estudió en Innsbruck y fue un joven muy talentoso y brillante, un noble de la época la subvencionó los estudios y lo envió a una universidad de Alemania, se instruyó como cosmógrafo y en las matemáticas, pero su vocación era la compañía de Jesus, lo que conocemos hoy como Jesuitas”, mencionó.
Eusebio Francisco Kino fue un gran admirador de San Francisco Javier, quien fundó la compañía con San Ignacio de Loyola, por lo que decidió dedicar su vida a la compañía; en la época, relata Robles Linares, estaba vigente y muy de moda China, por lo que Kino viaja a España para irse a China, pero se queda varado un largo periodo, la cosa se complica y le dieron dos opciones: Filipinas o México.
“Se viene a la Nueva España, llega a la Ciudad de México y le dan labores científicas, lo ponen a estudiar, hace un texto muy interesante sobre un cometa de la época, tiene contacto con grandes científicos y literatos, como Sor Juana, Sigüenza y Góngora, que eran grandes personajes de su tiempo, pero va con el Virrey a decirle que lo suyo es otra cosa”, relató.
El viaje que lo trajo al norte
“Embarca y se viene al noroeste, como cosmógrafo hace una especie de estudio geográfico y etnográfico, se molesta por el trato que le dan a los indígenas los españoles, regresa a la Ciudad de México, pero le pide al Virrey que lo vuelva a mandar al noroeste, y así llegaría al estado, a una zona que en aquél entonces estaba descuidada por la corona, que se llamaba la Pimería Alta, y que abarcaba el norte de Sonora y Arizona”, agregó.
Al llegar se establece con nuevos criterios, se hace amigo de los indígenas y un colaborador, bautiza a una gran cantidad de personas, funda 24 o 25 misiones, estancias, casas de visita, y al estar recorriendo a caballo la zona, descubrió que Baja California no era una isla, como se creía en la época, sino que era una península, por lo que construye un barco para navegar la zona y escribe relatos junto a Mateo Mange.
“Su residencia antes de morir era la Misión de Dolores, una pequeña misión cerca de Cucurpe, de la que desgraciadamente no queda nada, el 15 de marzo de 1711 sale a bendecir una pequeña capilla que había erigido otro sacerdote jesuita, la bendicen y al anochecer se siente mal y muere, fue sepultado ahí mismo, pero no se sabía a ciencia cierta dónde había quedado”, contó.
El tema del Padre Kino había quedado en el olvido a lo largo de los siglos, hasta que en 1919 un escritor norteamericano, Herbert Eugene Bolton, publicó “Los Confines de la Cristiandad”, en el que hace un redescubrimiento del personaje y que despierta el interés de encontrar dónde estaban sus restos.
Descubrimiento de sus restos
“En la década de los 60, cuando gobernaba Gustavo Díaz Ordaz, tenía un Secretario de Educación excepcional, Agustín Yáñez, también escritor, quien instruyó a Wigberto Jiménez Moreno, que era el director de investigaciones históricas del Gobierno Federal, y se pone de acuerdo con el gobernador de la época, Luis Encinas, para dar definitivamente con los restos y traer al presente al Padre Kino”, recordó.
Durante los años 60, junto a un equipo de investigadores norteamericanos, se hace una labor en equipo para encontrar la cripta de Kino, lo que se ve hoy en la Plaza de Magdalena, ahí existía el antiguo Ayuntamiento, pero también existió la Casa Cural, que se derribó para construir la nueva plaza, en 1964 empiezan las excavaciones, las suspendieron un año después, y se retomó en 1966.
“Había elementos para creer que estaba ahí, en primer lugar delimitaron el área, los investigadores se metieron a los archivos y empezaron a dar las coordenadas exactas de dónde estaba la casa cural, porque los sacerdotes tenían gran formación en ese sentido y todo lo dejan consignado, afortunadamente la labor de archivo avanzó y descubrieron donde se encontraba, en mayo de 1966 encuentran los cimientos de la casa cural, los restos de un templo antiguo y ahí encontraron los restos del Padre Kino, más o menos donde está el templo actual”, relató.
A partir de ese descubrimiento se recuperan los restos, se estableció el mausoleo, y una de las cuestiones más interesantes que tiene el culto aquí, es precisamente la procesión que los Jesuitas traen, pero que él cultivó también a San Francisco Javier; hasta la fecha, es una de las peregrinaciones más importantes de Latinoamérica, la que hacemos aquí cada inicio del invierno, eso, aunado a la figura de Kino y el culto a San Francisco Javier, es parte de lo que nos queda de aquel gran personaje.