Corea del Sur en pánico por liberación de agua contaminada en Japón

Los surcoreanos han realizado compras de pánico, especialmente de sal de mar.

En Corea del Sur han comenzado a hacer compras de pánico en los supermercados locales, luego de que el gobierno de Japón anunciara su decisión de liberar más de un millón de toneladas de agua contaminada de la planta de Fukushima al océano Pacífico. Esta medida ha generado preocupación y críticas por parte de la población y ha llevado a un aumento en el costo de la sal en Corea del Sur.

Según informes del "South China Morning Post", los habitantes han criticado la falta de acción del gobierno del presidente Yoon Suk-yeol, acusándolo de hacer "vista gorda" ante el plan de Japón de verter aguas residuales de la planta de energía nuclear al mar. Ante esta situación, los surcoreanos han realizado compras de pánico, especialmente de sal de mar, a pesar de que el gobierno japonés asegura que el agua ha sido tratada para eliminar la mayor parte de los isótopos radiactivos.

La necesidad de almacenar sal ha contribuido a un aumento de casi el 27 por ciento en su precio en Corea del Sur en junio en comparación con hace dos meses, aunque las autoridades también señalan que factores como el clima y la menor producción han influido en este incremento.

Las autoridades pesqueras han afirmado que vigilarán de cerca las granjas de sal para detectar cualquier aumento en la radiactividad. Además, el país ha prohibido el consumo de mariscos procedentes de las aguas cercanas a Fukushima como medida de precaución.

Por otro lado, China también ha criticado el plan de Japón para liberar el agua, acusándolo de falta de transparencia y advirtiendo que representa una amenaza para el medio ambiente marino y la salud global.

¿Por qué se va a verter agua contaminada al océano?

En abril de 2021, el gobierno de Japón aprobó un plan en colaboración con la compañía energética Tokyo Electric Power (TEPCO) para hacer frente a la acumulación de toneladas de agua contaminada con materiales radiactivos en la planta de Fukushima Daiichi, como resultado de la crisis nuclear desencadenada por un terremoto y un tsunami devastador hace una década.

Ante la falta de espacio para almacenar el líquido dentro de las instalaciones nucleares, el gobierno japonés, la operadora de la planta y el regulador nuclear japonés optaron por el vertido gradual de más de 1.32 millones de toneladas de agua contaminada al océano Pacífico. Esta agua ha sido procesada para retirar la mayoría de los materiales altamente radiactivos y diluida en agua