Veneno de víboras de cascabel podría ser una alternativa de tratamiento contra el cáncer
La investigación de Jorge Jiménez Canale ha arrojado que las toxinas del veneno de algunas víboras de cascabel atacan células cancerosas y podrían ser una alternativa de tratamiento a futuro.
HERMOSILLO, SON.- Jorge Jiménez Canale, estudiante del doctorado del Programa de Ciencia de Materiales, está realizando una investigación como parte de su tesis, cuyos primeros resultados arrojaron que las toxinas del veneno de algunas víboras de cascabel atacan células cancerosas y podrían ser una alternativa de tratamiento a futuro.
Desde pequeño, Jiménez tuvo interés de trabajar con animales venenosos, lo que lo llevaría a realizar estudios de Biología con especialidad en Biotecnología, enfocándose en el uso e investigación de toxinas y moléculas con potencial farmacéutico.
“Nosotros lo evaluamos contra células tumorales de distintos tipos de cáncer, ahorita estamos trabajando con cáncer de mama y tenemos resultados preliminares en cáncer de próstata, un tipo de cáncer de mama triple negativo, que es una línea muy agresiva y cáncer pulmonar”, indicó.
Jiménez publicó un artículo en el que demostró que el veneno extraído de una serpiente de cascabel fue efectivo contra una línea de cáncer de mama, la ductal infiltrante, un cáncer relativamente común y no muy agresivo en sus etapas tempranas.
“Vimos que tuvimos un efecto positivo, logramos disminuir la viabilidad de estas líneas tumorales. Lo padre del proyecto es que logramos reportar que cuando nosotros encapsulamos ese veneno potencializamos un poco el efecto en las líneas tumorales y vimos que las partículas por si solas no son toxicas, con eso confirmamos que lo toxico es el veneno, el encapsularlas en partículas hace que se potencialice su efecto. Como sabemos que las partículas no son toxicas, es relativamente seguro administrarlas”.
Así, para evitar problemas de salud derivados del veneno, Jiménez y su equipo controlan el efecto dañino de las toxinas, combinándolas con nanopartículas biocompatibles con el ser humano.
“Mi proyecto se basa en hacer nanopartículas de PLGA, que es un material aprobado por la FDA y la Asociación Médica Europea para desarrollo de fármacos en humanos. El PLGA se compone de ácido láctico y glicólico que son dos componentes que entran al metabolismo humano de manera biocompatible, yo hago nanopartículas de ese material, dentro de estas partículas encapsulo las toxinas y esas las administramos a células tumorales”, explicó.
México, a nivel mundial, es el país con más tipos de víboras de cascabel. Sin embargo, en Sonora solo tres producen crotamina, toxina utilizada en esta investigación, y de esas especies solo una es la que la da en proporciones adecuadas, serpiente que es más común encontrar al sur del estado.
Por su parte, el trabajo que Jiménez ha llevado a cabo es preclínico, por lo que no se ha tratado con pacientes, pero sienta las bases para hacerlo en un futuro como una opción de tratamiento alternativo.