¿Qué tan mortal es la araña violinista? Es la 'favorita' en tierras sonorenses

La araña “violinista” no es una especie invasora, pues tiene alrededor de 20 millones de años viviendo en el desierto de Sonora, explicó el biólogo Carlos Cota.

HERMOSILLO, SON.- La araña “violinista” no es una especie invasora, pues tiene alrededor de 20 millones de años viviendo en el desierto de Sonora, explicó el biólogo Carlos Cota.

En Sonora existen cuatro arañas violinistas diferentes registradas, las cuales son totalmente endémicas: Loxosceles coyote, Loxosceles seri, Loxosceles alamosa y Loxosceles sonora. Todas ellas comparten el mismo veneno, el cual es necrótico. El nombre de esta viene porque en el céfalo tórax tiene la forma de un violín, el cual puede verse o no de manera clara.

“En muy contados casos esta necrosis puede irse a algún órgano. Los accidentes provocados por esta araña son más comunes de lo que se piensan pero en muy pocos casos se pueden volver un problema” detalló.

Expuso que la mordedura de la araña puede quedar inadvertida, incluso dentro de un tiempo de tres días. Esta se presenta como una pequeña ampolla blancuzca y alrededor de ella una aureola; signos que se presentan en los primeros días.

“Alrededor del 1% de todas la picaduras de violinistas pueden llegar a los casos en que la necrosis sea tan severa que se tenga que amputar alguna extremidad”, dijo

Señaló que el veneno por la picadura no solamente es lo que puede traer consigo complicaciones, sino el no atenderse de forma temprana puede provocar un estafilococo y comenzar una infección más grave.

El desconocimiento de la picadura de la araña violinista es lo que realmente la vuelve peligrosa, ya que el no atenderse dentro de los primeros días, como también el no llevar una buena atención médica, podría provocar que los casos se agraven de forma severa, como es el caso de una amputación o incluso, que algún órgano se vea afectado.

Manifestó que el tratamiento para la picadura de esta araña debe estar disponible en todos los sectores de salud pública, el cual consiste en que estos deben tener el llamado “antídoto” para la picadura, como es el caso del alacrán, la viuda negra, las víboras, etcétera.