Estudiantes de la Unison crean harina de maíz adicionada con proteína

Alumnos universitarios elaboraron una harina de maíz con alto contenido en proteína y su proyecto podría ser enviado a Haití para alimentar a la población en pobreza extrema.

Fabián Espinoza Castillo, Gabriela Camacho Yee, Priscila Aros Lara, Yuritza Juárez, son alumnos de la carrera Químico en Alimentos en la Universidad de Sonora, e hicieron equipo para elaborar una harina de maíz adicionada con lentejas y soya.

"Escogimos adicionar la harina de maíz que es deficiente en aminoácidos esenciales y al adicionar con lenteja y soya estamos agregando aminoácidos para obtener una proteína completa", indicó la estudiante Priscila Aros Lara.

En comparación con una harina normal, la que ellos elaboraron tiene el doble de proteína, además de más fibra y minerales, explicó.

"Ese trabajo ya está invitado a que se vaya a presentar a Haití por los niveles nutricionales que presenta pudiera ser una forma de alimentación", comentó Gerardo Ruiz Grijalva, profesor investigador del Departamento de Ciencias Químico Biológicas.

Allá el nivel de pobreza es tan grande que a veces no comen en todo el día, pero con dos sopes de la harina que fabricaron los alumnos, los habitantes pueden alcanzar la energía y valor nutricional para durar todo el día, explicó el docente.

Para lograr ese fin, el trabajo de los jóvenes está actualmente en revisión ante la Sociedad Mexicana de Inocuidad y Calidad para los Consumidores de Alimentos (Someicca).

Les llevó todo un semestre concretar este proyecto, el cual presentaron al público durante la Muestra Estudiantil del Departamento de Ciencias Químicas y Biológicas de la Unison el 24 y 25 de noviembre, agregó Priscila Aros Lara.

"Está dirigido a las personas que buscan nutrirse con proteínas con costos más económicos en vez de comprar carnes o pollo", sostuvo la estudiante.

Proceso

Explicó que el método de preparación consistió en cocer la lenteja a fuego lento, para luego secar en estufa de convención a 65 grados centígrados por 24 horas y posteriormente se procesó en una licuadora.

También realizaron un análisis proximal al igual que a una harina de maíz comercial para comparar, un análisis microbiológico a masa y sopes elaborados con harina adicionada, así como un análisis colorimétrico, añadió.