Gabriel dedica su vida a las 'payasadas' como el payaso Silvano

Dedicando 15 de sus 26 años a esta profesión, el payaso Silvano proviene de una familia de tradición en esta labor, de la cual se siente orgulloso.

Todos los fines de semana, los alrededores de la Plaza Zaragoza se llenan de risas y alegría, esto gracias al espectáculo del payaso Silvano, un personaje que nació en las calles de Mazatlán y llegó a Hermosillo para quedarse.

Con 15 años de experiencia en su oficio y cientos de personas que se reúnen para ser su show, Gabriel Ibáñez se ha convertido en un ícono en la capital sonorense.

"Hermosillo es una ciudad maravillosa, y para mí, la Catedral es el lugar perfecto para llevar alegría a la gente, estoy muy agradecido por el cariño que me han brindado durante todos estos años", compartió el payaso de 26 años de edad.

Talento de familia

Su historia como payaso es más que una simple elección de carrera; es una tradición familiar que lo ha acompañado desde su infancia.

Sus padres, 'Arapito' y 'Yiya', dedicaron casi 25 años de su vida a esta profesión. En Hermosillo, Silvano comenzó a dar shows en Catedral cuando tenía 16 años.

“Cuando era niño, mis padres eran payasos de fiestas infantiles, incluso mi papá estuvo en un circo, de ahí me jalaron como integrante de la familia, yo era el payasito y mi hermana la dj”, recordó. 

Además de sus presentaciones habituales frente a la Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de la Asunción, en el Centro Histórico de la ciudad, colabora para todo tipo de eventos sociales.

Silvano ha mostrado su talento en una variedad de eventos, desde pedidas de mano, hasta celebraciones de cumpleaños y festividades especiales como Halloween y San Valentín.

“Me gusta mi trabajo porque comparto un poquito de alegría, le quito el mal humor a la gente, entretengo a los niños y le hago el día a varias personas que carecen de dinero, simplemente van a la plaza a ver el show y se divierten”, manifestó. 

Gabriel señaló que su labor como payaso va más allá de hacer pasar un buen rato a las personas, ya que también se enfoca en transmitir valores y dejar una impresión positiva en su audiencia.

Dejará la profesión a los 35 años

“Mi plan es seguir siendo payaso hasta los 35 años, y de ahí dedicarme a otra cosa, es un tiempo que yo me propuse. Me estoy preparando para convertirme en maestro de taekwondo”, explicó.

El joven está decidido a formar a su hijo de la misma forma que sus padres lo hicieron con él, incluso señaló que el pequeño de 9 años ocasionalmente lo acompaña a sus shows.

Gabriel mencionó que carrera como payaso ha estado llena de momentos especiales, pero uno que destaca es un show privado en una invasión que organizó para niños con cáncer, con el único objetivo de brindarles alegría. 

“Me siento orgulloso de  continuar la tradición familiar como payaso, soy la segunda generación y ahí viene la tercera”, concluyó entre risas.