María Guadalupe nació cobijada por el manto de la Virgen

Cuando nació sus padres la prometieron a la Virgen y cada año agradecen con un rosario.

La noticia de su condición fue una sorpresa hasta el momento de su nacimiento, puesto que ningún ultrasonido había revelado que la bebé venía con algún tipo de anomalía: la pequeña nació con Síndrome de Down y en ese momento sus padres se encontraban preocupados por el futuro de su hija.

Carmen María Sánchez Martínez y Francisco Leobardo Espinoza, decidieron que su heredera tendría una existencia digna y feliz.

 Su madre, quién es enfermera de profesión, recordó el momento en que la pequeña llegó al mundo: “Cuando su papá se enteró, fue él quién se la prometió a la virgen, la niña se iba a llamar Ana María, pero al tener esa condición me dijo ‘se va a llamar Guadalupe, ella nos la va a salvar’, prometimos que toda su vida se la íbamos a dedicar a ella”, explicó. 

Desde hace 26 años, la familia Espinoza Sánchez, imparte un rosario en su hogar cada 12 de Diciembre en compañía sus seres queridos, como promesa a la Virgen de Guadalupe por la vida, salud y logros de María Guadalupe Espinoza Sánchez, miembro de la comunidad síndrome de Down en Hermosillo

'Lupita', como es llamada por sus amigos y seres queridos, nació el 8 de julio de 1996 a los ocho meses de gestación a las 21:15 horas.

Sánchez Martínez compartió, que los primeros meses de vida de Lupita fueron desafiantes, con estudios médicos y tratamientos para abordar las diversas complicaciones que se presentaron. 

"Si nos dio miedo, mucho miedo, porque nunca te esperas una situación así. Después de ver que todo estaba bien, ahí sí vino lo difícil, el hacer cosas para ayudarla a ella, para que salga adelante".

Lupita acude desde los 3 meses de vida a terapias, donde cada pequeño logro se convertía en un triunfo significativo para ella y su familia. 

Formación para la vida

A lo largo de su trayectoria educativa, asistió a escuelas regulares donde enfrentó los retos de la inclusión.

“Benditas sean las maestras que pasaron por la vida de mi hija, porque era un trabajo extra para ellas, mi hija fue una de las primeras niñas con síndrome de Down que entraron a una escuela regular. Era un reto para los maestros y para mi también, porque los niños suelen ser crueles con lo que desconocen, era un temor dejarla en un mundo donde era vulnerable”, detalló. 

Su paso por diferentes niveles educativos fue complementado con una formación técnica en panadería y cocina en el CAME 41, seguido de estudios en microempresas en el CAME 14

"Ahí se dio cuenta de que ella podía ganar dinero con lo que sabe hacer, eso la hizo más segura y ahora,  me toca apoyarla", comentó Carmen, puesto que Lupita quiere emprender su negocio de mesa de snacks para eventos sociales 'Delicias Lupita"

“El Came 41 es una bendición, es una magnífica institución de gobierno, el personal mis respetos para todos, desde el intendente hasta el directivo, todos trabajaban en la misma sintonía y a los papás nos incluían en lo que es la educación de los hijos y los hijos encantados de las actividades, a nadie le gustaba faltar, se sentían tan bien , tan amados, tan cuidados, hasta la fecha me siento muy agradecida”, externó la madre de Lupita.

Carmen indicó que la habilidad de su hija para el baile y el canto la ha llevado a participar en concursos de DIF Sonora y eventos en diversas instituciones, en los que ha ganado popularidad en la comunidad Down en la ciudad.

Lupita es amante del regional mexicano, las canciones que interpreta son de sus artistas favoritos, tales como Yuridia, Christian Nodal, Jenny Rivera, la Banda MS y la Trakalosa de Monterrey.

Además, se integrará próximamente al grupo de danza Tradición Mestiza de la Universidad de Sonora, donde fue invitada por el maestro Abel Román Amador Rodríguez

“Ella es una niña muy empeñosa, se propone algo y lo hace, tardará muchísimo pero lo hace y eso es de admirarse”, concluyó Carmen María.