No será un Boeing 787 Dreamliner

NO SERÁ un Boeing 787 Dreamliner, pero Andrés Manuel López Obrador ya tiene un nuevo avión para rifar de aquí a las elecciones: el de la consulta para “juzgar” a los expresidentes.

TAL Y COMO lo quería, el Presidente que nunca dejó de ser candidato estará metido de lleno en el proceso electoral de 2021. De esa forma, se hablará de la guerra contra el narco de Felipe Calderón, para no hablar de la crisis de inseguridad con AMLO.

El nombre de Vicente Fox volverá a sonar por todos lados, con tal de que no se mencione el mal manejo de la pandemia. Se señalará la corrupción de Enrique Peña Nieto, para desviar la mirada de la corrupción de la 4T. Y, claro, se desempolvará a Carlos Salinas de Gortari para que López Obrador no tenga que rendir cuentas del barranco económico al que aventó al país.

SI NO FUERA por la austeridad, en Palacio Nacional estarían abriendo las botellas de champaña para celebrar que ya tienen un nuevo distractor más grande, más potente y con mayor autonomía de vuelo que el avión presidencial. Y lo mejor: no en cachitos.

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¿ALGUIEN tiene una lupa? Es para estudiar a los ministros de la Suprema Corte, pues se ven muy, pero muy chiquitos. El de ayer fue un día frío, gris y triste para la República, pues el Poder  Judicial terminó hincando la rodilla ante los caprichos del Poder Ejecutivo.

Y EL PROBLEMA no es sólo el papelazo que hicieron los ministros y las ministras que dieron por buena la consulta, sino los efectos que esto tendrá en la percepción de México. Dicen que las consultoras que miden el riesgo político en cada país, de plano, le bajaron la calificación al nuestro, dada la concentración del poder presidencial, la nulidad de los contrapesos y la ausencia

de certidumbre jurídica.

¿Quién querría invertir en una nación así? HABRÁ que preguntarle al ministro presidente Arturo Zaldívar, pues ya se vio que así como dice una cosa, dice la otra. Nomás es cosa de que ya saben quién se lo pida.

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CUENTAN que la alcaldesa de Puebla, la morenista Claudia Rivera, anda muy entusiasmada con la idea de reelegirse y para eso quiere hacer campaña... con el dinero de los ciudadanos.

Y ES QUE casuaaalmente es hasta su tercer año de Gobierno que se acordó del tema de la seguridad para los poblanos, de ahí que estaría por gastarse -¡nomás!- 350 millones de pesos en

cámaras callejeras, como si los aparatos por sí solos pudieran contener a la delincuencia.

LO MÁS GRAVE es que, según dicen, la licitación ya tiene dueño y es una empresa que ya ha gozado de los favores de Rivera y que, además, está ligada a los antiguos cuadros del morenovallismo. Esa mezcla de colores no la tiene ni el chile en nogada.

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